La fiesta de Navidad no ha impedido que continúe la lucha en los diversos frentes europeos. El papa Benedicto XV ha hecho una sentida invocación a la paz con palabras que ojalá puedan llegar a los corazones de los gobernantes de las potencias en pugna. Ha dicho el Santo Padre: “Que caigan las armas fratricidas como cae el sol, pues estas armas ya están manchadas con demasiada sangre. Las manos que hoy llevan las armas deben regresan al trabajo, a las industrias y al comercio. Basta ya de tantas muertes que llenan de luto a los hogares”.