El Gobierno Francés ha convocado a periodistas estadounidenses, holandeses y suizos para que vean los efectos causados por los gases asfixiantes que utilizan los alemanes. En el hospital de Dunkerque se comprobaron casos espeluznantes. Los soldados refirieron que los efectos de los gases eran instantáneos. Al tomar contacto con ellos, desfallecían y procuraban meter la cabeza en los morrales para protegerse, pero luego no les quedaba aliento para levantarse. Sin embargo, muchos han salvado así la vida, pero otros morían instantáneamente. Los gases son increíblemente ponzoñosos. Muchos soldados han presentado casos de fiebre, cinco o seis días después de haber tomado contacto con ellos y luego ha sobrevenido la pulmonía. El horror es increíble.