Con el cambio del itinerario del ferrocarril terminó la temporada de verano en Ancón, en cuyo transcurso muchas familias limeñas han pasado días hermosos entre el rumor de las brisas marinas, el ritmo del baile, los acordes de la música, los paseos al aire libre tanto en el mar como en los alrededores, llegando hasta los fundos vecinos en animadas cabalgatas. Ahora en dicho balneario quedan pocas familias por algunos días más y entonces Ancón lucirá solitario y triste esperando melancólicamente que llegue, como todos los años, otro verano. H.L.M.