En un castillo de Loira, que no se menciona por seguridad, el presidente de Francia, Raymond Poincaré, entregó al general Ferdinand Foch el bastón de mariscal de Francia, en presencia del presidente del Gabinete y ministro de la Guerra, Clemenceau, los ministros de Marina y Municiones, el general Philippe Pétain y comisiones de altos jefes de los ejércitos aliados. La ceremonia fue brillantísima. Poincaré, al entregar el bastón, pronunció un elocuente discurso elogiando al nuevo mariscal, el segundo que se crea en Francia después de la guerra de 1870. H.L.M.
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