Aumentan en Lima cada vez más los crímenes contra las mujeres. Antes eso era muy raro. En nuestro cataclismo social han desaparecido muchas cosas que antes nos enorgullecían, entre ellas el respeto a la mujer. Ahora hay malvados que las ofenden y otros muchos que las sacrifican al ímpetu bestial de sus pasiones. Para esos asesinos de mujeres deben existir las penas más severas que señale la ley. Nunca habrá una pena tan grande para las culpas de los feminicidas. Todos tenemos madre, hermanas y podremos tener hijas.
H.L.M.