Según se nos informa, parece que no se cumple cabalmente con la antigua disposición que concede a los empleados públicos las llamadas “vacaciones de balneario”, permitiéndoles no concurrir a sus oficinas por las mañanas durante los meses de enero y febrero, para que puedan gozar, como la mayoría de las gentes, del beneficio para la salud que representan los baños de mar durante la estación calurosa. Un amplio espíritu de justicia hace que en gran número de países del mundo se den estas facilidades veraniegas a quienes prestan servicios al Estado.
H.L.M.