La llegada al Cusco del aeroplano piloteado por Rolandi ha causado un entusiasmo indenoscriptible. Cuando el avión apareció sobre la ciudad cerraron todas las tiendas y miles de personas corrieron hasta el campo de aterrizaje. Una vez en tierra, Rolandi fue conducido en hombros hasta la municipalidad donde se le declaró huésped de honor de la histórica ciudad. Se ha dispuesto dos días de fiesta para agasajar al piloto por su hazaña. Las gentes sencillas no salen de su asombro al haber visto un avión en el aire. Rolandi es un ídolo.
H.L.M.