El príncipe Hirohito, heredero del trono del Japón, ha pasado una semana en Londres practicando actos que ni siquiera habría soñado jamás ninguno de sus antepasados y que hasta pocos años atrás se consideraban imposibles para un miembro de la casa imperial japonesa. El príncipe ha descendido de su tradicional estatus de semi-divinidad y se le ve estrechando las manos a muchas personas, posando ante los fotógrafos, paseando en automóvil sin escolta, visitando museos y galerías de arte junto con el público que concurre a dichos lugares. Algo inédito.
H.L.M.