El Perú es víctima de una injusticia internacional. Tal es el fondo del problema de Tacna y Arica y, mientras la injusticia no se repare, no se resolverá definitivamente el contencioso. El mundo ha evolucionado mucho desde la época en que la fuerza desmembró nuestro territorio y conculcó nuestros derechos. Hoy, la humanidad quiere dar soluciones de justicia a los atropellos de la violencia. No en vano existe la Liga de las Naciones y en Washington se viene celebrando la Conferencia del Desarme. En el horizonte internacional surge el sol del derecho.