El joven piloto Carlos Augusto Hildebrandt, que dejó su carrera naval por la aviación donde destacó muy pronto por su capacidad en el vuelo de hidroaviones, ofreció una demostración aérea, en la Base de Ancón, a su madre y a su esposa que deseaban verlo en acción. El hidroavión se elevó normalmente y comenzaron los ejercicios en el aire. Desgraciadamente se rompió un alerón y Hildebrandt hizo denodados esfuerzos para caer en el mar, pero fatalmente cayó en tierra y poco después murió a causa de sus graves heridas. Descanse en paz.
H.L.M.