En Cañete, el bandolerismo se ha convertido en una plaga peligrosa y perversa que aumenta constantemente. Abundan robos, asaltos y se tiene que lamentar hasta tres asesinatos. Para poner fin a esta situación, el prefecto de Lima, en compañía de una fuerza importante de gendarmes, ha viajado a esa provincia donde, a no dudarlo, actuará con la rapidez y la severidad que amerita tan difícil situación. Parece mentira que, en esta época de progreso de nuestro país, existan todavía esta clase de execrables delincuentes sobre los que caerá la ley.
H.L.M.