En los últimos días se ha ido agravando la salud de Su Santidad Benedicto XV. Nos llegan constantes cablegramas donde se dice que todos los esfuerzos de la ciencia vienen siendo inútiles y que la muerte del Pontífice puede ocurrir en cualquier momento. En realidad, agoniza y la fiebre de 40 grados no cede. Antes de la crisis recibió la comunión. Está rodeado por miembros de su familia y lo que en un primer momento se diagnosticó como influenza se ha convertido en una neumonía fatal. El mundo católico reza por su pastor.
H.L.M.