Ayer, en Arequipa, tuvo lugar una notable ceremonia al inaugurarse en esa ciudad un monumento al héroe y poeta Mariano Melgar. Como se recuerda, Melgar se sacrificó por su ideal de libertad en 1814 luego de haber fracasado la revolución del brigadier Pumacahua. Bien hace la ciudad de Arequipa, cuna del héroe, en rendirle este homenaje ejemplar. Cuando se sacrifica una vida joven en aras de un ideal, ese acto toma connotaciones que se proyectan como un rayo luminoso que jamás se apaga en el futuro de la patria.
H.L.M.