Dentro de pocos días debe iniciarse el año escolar. No creemos que la fecha escogida sea la adecuada, pues vamos a exponer a nuestra población infantil y juvenil a permanecer muchas horas en aulas que las más de las veces tienen una precaria ventilación, poniendo así en peligro la salud de los estudiantes. El extremado rigor del verano que estamos viviendo no ha amainado en marzo y recién debe decaer en abril. En el Congreso, felizmente, se han alzado voces sensatas pidiendo una postergación de por lo menos quince días en Lima y el Callao. H.L.M.