Esta semana se votará por tercera, cuarta y quinta vez la cuestión de confianza al gabinete de Ana Jara. El color político de moda en el Parlamento seguirá siendo el ámbar, pese a la desesperación de Jara, quien declamará ante la prensa uno de sus versos favoritos de Federico García Lorca: “Verde que te quiero verde. Verde viento. Verde ramas” (aunque piense que se trate de un poema de César “Vallejos”).
¿Podrá conseguir la primera ministra los votos que faltan? “Queremos un gesto político para cambiar de botón”, le han dicho algunos congresistas opositores de dedos inquietos. Y si gestos políticos quieren, gestos políticos conseguirán.
Antes de la sexta votación, Jara visitaría la Casa Matusita para intentar contactarse con el líder de uno de los partidos con representación en el Parlamento que anda primero en las encuestas municipales. Además, la primera ministra se habría comprometido a cambiar el nombre del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social por el de Ministerio de Pan con Libertad, para captar la atención de otro partido de oposición. Por último, se anunciaría la creación del Ministerio de Tecnología, pero con el nombre de Ministerio de Honradez, Tecnología y Trabajo, como coqueto guiño político a otra bancada.
¿La oposición considerará estos gestos políticos suficientes para dar el ansiado verde? ¿Podrá Ana Jara terminar de instalarse en su nueva oficina y asegurarse así su aparición en la galería de primeros ministros? Esta semana lo sabremos.