En el Año Nuevo se celebra el momento en el que, con los días más largos del año, la luz muestra que es capaz de vencer a las tinieblas. Por ello, es ocasión de agradecer que, a pesar de todos los problemas vividos en el 2022, la luz también se impuso en nuestra sociedad. Veamos.
¿Cómo se ha impuesto la luz en nuestra economía? En la economía, a pesar de un gobierno muy ineficiente, pero gracias al esfuerzo y a la resiliencia de los peruanos, fuimos uno de los países con menor devaluación de la moneda y más baja inflación en el mundo. Por otro lado, aunque nos parezca increíble, nuestro crecimiento fue mayor al promedio regional, y nuestra tasa de pobreza se mantuvo, solo después de Chile y Uruguay, como la menor de Latinoamérica. Es cierto que mal de muchos no es buen consuelo, pero saberlo ayuda a relativizar nuestra suerte.
¿Pero, puede decirse que el tema político también fue positivo? La situación política fue difícil por el constante enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo, pero en todo momento la oposición se dio con respeto a las leyes y la Constitución. De manera paradójica, justamente la Constitución que el presidente y sus aliados querían cambiar fue su principal argumento de defensa para mantenerse. Más importante aún fue que el desenlace solo se dio cuando el gobierno de Pedro Castillo infringió la Carta Magna, generando los mecanismos de cambio determinados por sus normas. No ocurrió por violencia ni se usó alguno de los mecanismos discutibles de vacancia propuestos, sino por aplicación estricta de la ley al remplazar al golpista por la vicepresidenta elegida democráticamente en su plancha. Sin ninguna duda, allí el orden y las leyes vencieron a las tinieblas del mal gobierno.
¿Y qué hay de las protestas y los muertos resultantes? Son una desgracia que no debió darse y tanto los generadores de la violencia como los que usaron mal la fuerza para enfrentarla deben ser investigados y eventualmente castigados. Sin embargo, debe entenderse que los primeros atacaban la propiedad, la libertad y la vida de los ciudadanos, mientras los otros la defendían.
¿Qué nos toca a los ciudadanos ahora? Nos toca ver el 2023 con esperanza, como el renacimiento que la naturaleza nos enseña cada año. Un año en que busquemos evitar los muchos errores que cometimos antes, incluyendo nuestra dispersión política, malas decisiones electorales y falta de solidaridad entre conciudadanos. Un año en donde sigamos respetando las acciones democráticas y que en función de estas trabajemos por un mejor futuro para todos. En fin, un año en el que, como lo vimos sobre todo a fines del 2022, la luz continúe triunfando. Feliz Año Nuevo.