Sé que es prematuro decirlo, pero siento que me quedé sin candidato. Pero lo que es mala noticia para el ciudadano, es buena nueva para el periodista: mi desapego electoral será apego a la verdad. Sospecharé de todos; ayudaré a todos a que se limpien en el camino.
A Susana le perdoné su cambio de opinión. No mintió al decir, en el estrés de la revocatoria, que no postularía de nuevo. Fue un legítimo mecanismo de defensa. Un político debe cuidar su proyecto de poder como si fuera su hijo, y a los niños no los sueltas así nomás a los tiburones. Tienes que dejarlos madurar. Todos hacen lo mismo y están justificados.
Lo que no le perdono a Susana es su componenda con Perú Posible. Va frita con Freitas. Ya sé que ha sido víctima de un injusto bullying que le ha mezquinado el reconocimiento de reformas e inversiones trascendentes. Lástima que se levantó del apanado y confundió a victimarios con defensores. Al ir con Freitas, política de camarilla y de repartija, escupe la mano de quienes confiaron en ella y en que iba a construir un nuevo estilo de hacer política.
A Luis Castañeda lo descarté de mi menú desde que comprobé, en su segunda gestión, que era populista de obra muy menuda, que pateaba para adelante las reformas e inversiones importantes, que negociaba un precario statu quo con informales, que no cultivaba la democracia de consejo, que daba margen de acción a los corruptos, como en el caso Comunicore.
¿Salvador Heresi? Es un buen cuadro egresado de mala escuela, la de Álex Kouri. Pero San Miguel es un distrito complejo que prepara para Lima. “Cuarto poder” lo ampayó años atrás intercambiando favores con el municipio chalaco. Sus descargos, en ese entonces, no me convencieron. Lleva de segundo a Jaime Salinas, un arma de doble filo que acabará clavándosele en santa sea la parte, como ya le pasó a Lourdes Flores.
¿Enrique Cornejo?Otro buen cuadro que se ha venido preparando para el cargo. Antes que convencer a los limeños tiene que convencer a los apristas. Tengo la duda de si ha convocado más a las fuerzas iluminadas que a las oscuras en su partido. Pero esa duda mayúscula prefiero reservármela para la probable y más trascendente ocasión de una segunda vuelta entre Alan y Keiko o cualquier otro contrincante.
¿Fernan Altuve? No dudo que ‘Huevo Duro’ nos va a alegrar la campaña, pero su estilo de rajar y destruir todo está muy alejado del perfil de un gestor público.
Alejandro Sánchez Aizcorbe, el ‘Nauta’ (era su chapa) que conocí en la revista “Caretas”, es un experimento fujimorista. No creen llegar lejos, pero sí tantear cómo les va invitando a quienes no han tenido ningún vínculo con el fujimorismo. Que experimenten todo lo que quieran.
Exímanme de seguir con un descarte que puede ser injusto. El asunto es que no tengo un candidato(a) que me lleve a votar con convicción. Pero no aliento el voto en blanco o viciado. Todo lo contrario. Óiganlos, véanlos con quienes se juntan, síganlos, googléenlos, provóquenlos, denles varias vueltas y, finalmente, elijan uno en quien confiar. Los periodistas usaremos nuestro desencanto como herramienta para ayudarlos a ustedes a votar mejor y, a ellos , a que ganen limpio.