El cementerio Divino Maestro de Chimbote, en Áncash, albergó a miles de personas en este Día de la Madre.
En un recorrido por los pabellones del camposanto, El Comercio constató que los visitantes llevaron comida, cerveza, flores, globos y música, a los nichos de sus madres y abuelas.
Allí les rindieron homenaje, por ejemplo, con las canciones que más les gustaban en vida. Mariachis, guitarristas y bandas musicales, alegraron el día con rancheras, huaynos y boleros.
Los familiares de Severa Pantaleón, quien falleció hace un año, degustaron arroz con pato, durante el almuerzo, frente al lugar donde ella está enterrada. “En esta época siempre nos reuníamos en casa, ahora nos toca pasarla a su lado, en el cementerio”, comentó uno de sus parientes.
Mientras que algunos nichos lucían decorados con flores y globos, otros estaban abandonados.