El obispo de la Diócesis de Chimbote, Ángel Francisco Simón Piorno, anunció que ha suspendido de las funciones ministeriales al sacerdote cajamarquino Marco Antonio Huaripata Medina, acusado de abusar sexualmente a una catequista de 16 años, en la región Áncash.
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El sacerdote Marco Antonio Huaripata Medina de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, situada en el distrito de Nuevo Chimbote, ha sido denunciado por los presuntos delitos de tocamientos indebidos y violación sexual en agravio de una adolescente en octubre del año pasado. El líder de la Iglesia Católica en Chimbote dijo que Marco Huaripata será sometido a un juicio canónico en que la Santa Sede deberá decidir si lo expulsa del estado clerical por haber atentado contra una menor.
“He tomado la decisión de suspenderlo en el ejercicio ministerial de manera indefinida (no podrá celebrar misas ni otorgar los sacramentos de la iglesia) y de separarlo de la parroquia. Él no puede tener contacto con niños ni con adolescentes. Ahora tendrá que vivir como una persona privada de su ministerio y tendrá que asumir el proceso que se le abra en la vía penal y canónica. Una vez que tenga el informe de la Policía Nacional y el Ministerio Público se iniciará el proceso preliminar aquí y luego se enviará a la Santa Sede, aunque no descarto que sea expulsado del estado clerical”, sostuvo.Simón Piorno ha revelado que anoche fue a la comisaría Buenos Aires, ubicada en Nuevo Chimbote, para conocer la situación legal del cura y en una breve conversación le pidió que diga toda la verdad.“Me da mucha pena, porque es un joven que yo conocí desde niño, él es cajamarquino, pero lamentablemente ha caído en la trampa. Yo le tengo que abrir un proceso, yo no puedo protegerlo ni esconderlo, yo tengo que brindar las facilidades para que el Ministerio Público y el Poder Judicial puedan realizar su trabajo”, argumentó.Monseñor lamentó lo sucedido y pidió a la familia de víctima que siga adelante con la denuncia, a la vez ha reconocido que este caso mella la imagen de la iglesia católica.“Me da mucha pena, siempre le digo a los sacerdotes que no maltraten a la gente y que tengan especial cuidado con los niños y los jóvenes. Los familiares de la menor tienen la obligación y derecho de seguir adelante con el proceso, no deben claudicar. Los obispos de la iglesia también tenemos la obligación de extirpar la lacra de abusos que nos ha causado tantísimo daño. Para muchos este caso ha mellado la imagen, otros se han acercado a decirme que hay que demostrar el amor a la iglesia. Lo lamento porque mi misión no es destruir la imagen de la iglesia sino protegerla”, enfatizó. Hoy se conoció que el cura Marco Huaripata fue golpeado en las piernas con un fierro por el padre de la víctima, quien le obligó a confesar los sucedido. Este Diario acudió hasta la casa parroquial donde reside el religioso Marco Huaripata para obtener su versión de los hechos, sin embargo, no lo encontró. Algunas personas dijeron que el padre no se encontraba desde anoche.
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