Dos sorpresas debería causar la campaña “Chapa tu choro”: que surja en el valle del Mantaro, uno de los lugares más felices del Perú, según un estudio de Jorge Yamamoto (2012); y que, dentro de este centro urbano, proceda de una de sus zonas más acomodadas: el barrio de San Carlos, en Huancayo. El bienestar y los ingresos no tendrían relación con el incivilizado llamado.
Llamado que, en cambio, no es nuevo. A lo largo de su historia, el Perú ha sufrido ante la ineficiente respuesta del Estado a los problemas de inseguridad y desorden social, que han terminado muchas veces con el asesinato de personas, al margen de la administración formal de la justicia.
En los ochenta, cuando el país sufría la barbarie senderista, eran los grupos alzados en armas los que “ponían orden” en los pueblos que tomaban. La Comisión de la Verdad lo documenta: “En un principio, el PCP-SL logró la aceptación campesina, con una propuesta de orden, justicia draconiana y solución de conflictos sociales, mediante el ejercicio de la violencia” (Informe Final, Tomo II, p. 128).
A fines del año 2009, se reportaba sobre la formación de un escuadrón de la muerte dentro de la PNP en Trujillo, que habría asesinado a presuntos delincuentes en octubre del 2007, con beneplácito mayoritario de los trujillanos. El empresario Fernando Vásquez, citado entonces por la revista “Poder”, narraba: “En unos tres años he sido asaltado cuatro veces. Soy un hombre decidido y de recursos. Tengo amigos policías. Con mis propias manos capturé a tres delincuentes que me estaban extorsionando y los entregué al Poder Judicial. Al poco tiempo estaban libres. Entonces eso no funciona. Yo creo que hay que matarlos”. Elidio Espinoza, el principal acusado por el caso (y actualmente procesado), fue elegido en el 2014 alcalde provincial: una reivindicación electoral.
Hace algunas semanas, El Comercio (16/8) reportó un caso aún por esclarecerse: la desaparición de cuatro supuestos delincuentes luego de que estos fueran acusados de asesinar a dos líderes ronderiles de Cochorco, en Aricapampa, en la provincia de Sánchez Carrión, región La Libertad. Familiares de una de las víctimas sospechan que las rondas campesinas son responsables de la desaparición, que data de mediados de mayo último. El caso sigue en investigación en la Fiscalía Provincial Mixta de Sánchez Carrión.
Aunque no motivado por inseguridad ciudadana, el emblemático caso de Ilave, en El Collao, región Puno, en abril del 2004, fue otro episodio en que una turba tomó la justicia por sus manos. Luego de los lamentables sucesos, se demostró que las acusaciones de corrupción que recaían sobre el alcalde provincial, Cirilo Robles, no tenían sustento alguno.
El Perú bárbaro que estamos volviendo a ver quizá no sea más que una oportunidad para mirarse al espejo y ver que la sangre que brota no es nueva. Más que horrorizarse, toca asumir que, muy a nuestro pesar, “Chapa tu choro” es solo un episodio más de una historia violenta y el signo más inequívoco de otro fracaso del Estado Peruano actual: haber abdicado, una vez más, al monopolio de la violencia.