Con la esperanza de encontrar justicia y respuestas por parte de las autoridades, hace unos día llegó a Lima la esposa de Rony Revilla Bravo, el inspector de la Superintendencia Nacional de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran) que murió durante al ataque a la camioneta en que viajaba, junto a otros 7 compañeros de trabajo, en Abancay (Apurímac), el pasado 10 de octubre. Si bien los hechos aún están siendo investigados, se presume que el acto fue una represalia por parte de transportistas informales.
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En diálogo con El Comercio, la esposa de Rony contó que llegó al Perú desde hace un mes, a Abancay precisamente, a fin de emprender los trámites respectivos tras la muerte del inspector de Sutrán. Desde su arribo se ha ido enterando del poco avance en las investigaciones para hallar a los culpables y el temor que existe en algunas personas para declarar, y otras para ahondar más en el asunto, debido a posibles represalias.
“Ya se ha cumplido un mes de haber empezado un infierno, algo que para mí nunca va a acabar. Al que han matado es el hombre con el que yo estoy desde los 18 años, toda mi vida, y con el que tuve a mi hija, que se ha quedado en Bolivia estudiando. Él era mi vida y ahora ya no tengo nada. Yo estoy aquí en Perú, donde veo que la situación no avanza, todo el mundo me dice que tienen miedo, que se trata de mafias, nadie quiere hablar. Los inspectores mismos que sobrevivieron al ataque tienen miedo de regresar a Abancay”, indicó.
La mujer incluso comentó que le han hecho llegar advertencias para que “ande con cuidado” y que “la pueden desaparecer”. Pese a ello, y su desconsuelo, no se deja amilanar y dice haberse prometido a sí misma, y a la memoria de su esposo, qué continuará batallando para que finalmente se haga justicia y sean atrapados los culpables del cobarde ataque.
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Asimismo, la esposa de Rony señaló no tener miedo a las posibles amenazas que podría acarrear la lucha que ha emprendido, más aun cuando salga de Lima y regrese de nuevo a Abancay. Sostuvo que la gente misma de Abancay que debería de apoyarla tienen sus propios intereses y buscan cuidar de los suyos. Agregó que al tratase de un lugar pequeño, todos saben quiénes son los delincuentes que cometieron el crimen, pero no lo van a decir.
“Los trabajadores tienen miedo de denunciar a quiénes son los agresores porque ellos y sus familias están amenazados. Entonces, yo que estoy sola, no tengo a nadie, pero ya que más me queda, si me van a matar que me maten de una vez porque ya no tengo nada. Por lo menos trataré de hacer justicia con la memoria de mi esposo. No me quedaré con los brazos cruzados”, dijo.
Sostiene que caso se archivaría
En otro momento, la esposa de Ronny Revilla dijo algo preocupante: el caso podría archivarse. “Estoy aquí en Perú y he tenido que viajar a Abancay a ver toda la situación de mi esposo para ver realmente la realidad (…) Me he enterado de abogados, policías y de la gente misma que lleva el caso, en mi cara misma me dicen que lo van archivar, porque son mafias y tienen miedo. No tengo miedo a hablar, todos los días para mi son una pesadilla”, dijo.
La mujer detalló que le han dado a entender que aparentemente se avanzará un poco con la investigación, pero al final se archivará porque hay intereses de por medio. Denunció que hay mafias implicadas.
“Estas mafias tienen sus arreglos. Mafias, esa es la palabra mágica que me han repetido varias veces. Parece que ser que buscan alargar el caso, que se entibie, que la gente se olvide y luego lo van a archivar. Hasta que nuevamente vuelva a pasar un hecho similar”, explicó.
La mujer hizo un llamado a la presidenta de la República, Dina Boluarte, para que exhorte a sus funcionarios a no dejar este caso impune y que se encuentre a los responsables del asesinato de su esposo. Apeló a la procedencia de la mandataria, quien nació en esa región del país.
“Si no hablo, a mi esposo no le van a hacer justicia, hay que reclamar, hay que exigir para que alguien escuche. Yo no quiero que lo archiven, yo quiero que metan presos a los 15 o 20 delincuentes que han sido los que han matado a mi esposo. Ahora mismo hay cinco chicos inspectores que están hospitalizados sufriendo por quemaduras. Tiene que haber justicia en el Perú, no puede quedar impune. Por lo menos que la presidenta, que es de Apurímac, se pronuncie y que no permita que la mafia gane allí”, expresó.
Detalles de lo ocurrido
Fueron en total 9 personas (ocho fiscalizadores y el chofer) quienes vivieron instantes de terror la noche del 10 de octubre último. En el retorno de un operativo en el distrito de Curahuasi, provincia de Abancay (Apurímac), la van donde se transportaban fue emboscada en la vía Cusco - Curahuasi - Abancay, sector de Waraccoña, por una docena de personas que prendieron fuego al vehículo. Rony Revilla falleció calcinado y sus colegas resultaron con quemaduras de gravedad.
La esposa de Rony contó que se trató de un atentado ya premeditado. “Hablando con los inspectores heridos, me dijeron que los delincuentes ya habían escogido el lugar adecuado para colocar troncos grandes, previamente cortados. No lo han hecho en ese momento. Han esperado que los policías de la zona se vayan para dejarlos en el camino y la camioneta se detenga”, precisó.
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Detalló que tras esto inmediatamente ha llegado una turba de delincuentes, profiriendo groserías y arrojando piedras a la camioneta. Los trabajadores asustados solo atinaron a agacharse. Los sujetos han abierto la puerta donde estaba el chofer, lo bajaron y empezaron a golpear, dejándolo con lesiones en el cráneo. Al mismo tiempo lanzaron bombas molotov e incendiaron el vehículo.
“Su intención ha sido matarlos a todos, no ha sido asustar. Los chicos asustados han salido cuando el fuego estaba dentro de la camioneta y uno a uno los han empezado a golpear. Por más que estaban quemándose han seguido golpeándolos. Incluso han querido abusar de una inspectora. La gente de casas vecinas se ha dado cuenta de la humareda, de la bulla, y ha empezado a llegar. Recién ahí los maleantes han escapado, pero para entonces mi esposo ya había muerto quemado”, contó.
Agregó que producto del fuego, cinco inspectores resultaron con quemaduras. Dos de ellos, los de mayor gravedad, se encuentra en el Hospital Almenara. Ambos son sometidos a cirugías constantes, permanecen sedados, con la piel al rojo vivo.
“Sé que es ellos han querido sacar a mi esposo y por eso se han quemado más. Ese es mi dolor, el cual comparto con la familia de los chicos que están hospitalizados”, expresó.
La esposa de Rony Revilla afirmó que los atacantes serían supuestamente gente contratada por transportistas informales.
Denuncia indolencia de autoridades
La mujer también contó a El Comercio que desde la muerte de su esposo ha sentido un trato indolente por parte de las autoridades de Sutran. Comentó que tuvo que enterarse por sus propios medios sobre la muerte de su esposo, y que incluso fue ella quien tuvo que llamar a otros trabajadores de la entidad y amigos de Rony para confirmar su deceso.
“En Bolivia, me he enterado a las 2 de la mañana por mi suegra que me llamó por teléfono, llorando, contándome que en las noticias había escuchado el nombre de mi esposo. Yo no lo podía creer, tuve que llamar por teléfono al mejor amigo de mi esposo, que también trabaja en la Sutran, para preguntarle si realmente la noticia era cierta. Él, llorando, me dijo que sí era verdad, que que Rony había muerto quemado. A partir de ahí yo misma he tenido que buscar y hacer llamadas”, recordó indignada.
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La mujer cuenta que ha llegado a entablar una reunión con autoridades de Sutran, de Recurso Humanos, durante su estadía en Lima, a quienes les trasladó su malestar por la falta de comunicación y la poca consideración que señala han tenido con ella. Refirió que le pidieron disculpas por lo sucedido.
“No he recibido el apoyo que esperaba y bueno, me solicitaron las disculpas, pero en realidad en el momento en que yo necesité su apoyo no lo tuve. Incluso, me han dejado a que yo haga un trámite burocrático, de manera virtual. Nadie de la institución, por lo menos, me ha hecho un seguimiento o brindado un apoyo para hacer los trámites. Yo he tenido que facilitarles el trabajo al personal para que me llenen los formularios, porque estaban mal hechos. Qué indignación la verdad, mi esposo ha muerto quemado y tengo que pasar por todo esto”, dijo.
La esposa de Rony Revilla dijo que solo espera que estas desatenciones no vuelvan a ocurrir y que la entidad, o cierto personal que trabaja allí, tenga un poco más de empatía, tanto con ella como con los inspectores que permanecen hospitalizados y sus familias.
El Comercio intentó comunicarse con la Sutran para obtener sus descargos y conocer el avance de las investigaciones. Sin embargo no tuvimos éxito.