Los distritos de Urarinas y Parinari de Loreto fueron declarados en emergencia por un plazo de 60 días por existir un peligro inminente de afectación a la salud de la población ante enfermedades provenientes de la contaminación de ríos.
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En un decreto supremo publicado en el diario El Peruano, el Ejecutivo dispuso que se ejecuten acciones inmediatas y necesarias destinadas a la reducción del muy alto riesgo existente, así como de respuesta y rehabilitación en caso amerite.
En la norma se explica que el pasado 16 de febrero de este año, el gobernador regional de Loreto, Fernando Meléndez, solicitó al Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), que se declare el Estado de Emergencia a los distritos mencionados, debido a la contaminación de los ríos y quebradas como producto del desborde y diseminación del petróleo que aún persiste en la zona.
Esta situación afecta a las comunidades ubicadas en las orillas de los cursos de agua y las comunidades ubicadas aguas abajo, perjudicando sus medios de subsistencia y poniendo en riesgo la salud de los habitantes.
El decreto supremo dispone que el Gobierno Regional de Loreto y los gobiernos locales involucrados con la coordinación técnica y seguimiento del Instituto Nacional de Defensa Civil, ejecutarán las acciones inmediatas y necesarias destinadas a la reducción del muy alto riesgo existente, así como de respuesta y rehabilitación en caso amerite, las que pueden ser modificadas de acuerdo a las necesidades y elementos de seguridad que se vayan presentando durante su ejecución, sustentadas en los estudios técnicos de las entidades competentes.
Las entidades a cargo de estas acciones serán los ministerios de Salud; Vivienda; Energía y Minas; Ambiente;Educación;Interior;Defensa y Cultura.
A inicios de febrero, el Ejecutivo declaró emergencia sanitaria a las comunidades de los distritos de Urarinas y Parinari. Entre las razones para esta declaratoria, se incluyó que la Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa) señaló que el consumo de agua con coliformes constituye un riesgo a la salud de la población. Esto podría tener como consecuencia brotes y epidemias en las 31 comunidades nativas.