A más de un mes y medio del desborde del río Piura, los damnificados aún no se recuperan del tremendo golpe de la naturaleza. En La Campiña, en Catacaos, muchas familias perdieron sus precarias viviendas, y ahora han recibido módulos prefabricados donde intentan sobrevivir. El Comercio realizó un recorrido por la zona, para comprobar las condiciones en que viven los damnificados del Bajo Piura.Rosa Taboada Huertas vive en La Campiña. El 27 de marzo, el río se llevó su casa, como decenas de viviendas de quincha (material rústico) en esta zona. El sábado, los soldados del Ejército instalaron una vivienda prefabricada de 20 metros cuadrados del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Ahora ella, su esposo, sus dos hijos y dos familiares más se han acomodado en dicha casa.“Los seis no cabemos en la casa, pero allí nos hemos acomodado. Es pequeña, pero es una gran ayuda. Aún cocinamos en la parte de atrás, pues no tenemos espacio”, narra la mujer mientras barre el módulo donde ahora viven. Más allá, Benancio Chero Silva, de 52 años, observa cómo va quedando su nueva casa.“Acá el río se llevó toda mi casita, los soldados están instalando ahora este módulo. Solo le falta el techo, me han dicho que mañana vienen a terminarlo. La cocina sigue estando atrás, y es a leña, no usamos gas”, cuenta el hombre que reposa sobre una silla de madera.Un grupo de soldados del Ejército del Perú arma a pocos metros de allí otros módulos de vivienda para los damnificados de La Campiña. Aunque las viviendas son pequeñas, son una gran ayuda para ellos. En total, de acuerdo con el ministro de Vivienda, Edmer Trujillo, en Piura se instalarán unas 3 mil viviendas prefabricadas en los albergues y zonas donde los habitantes perdieron sus casas por las lluvias de El Niño Costero.
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