JUAN PABLO LEÓNEnviado especial a Tarapoto
En la selva de San Martín, la fiesta de San Juan reunió a familias de todo tipo: etnias amazónicas, turistas, mascotas y miles de habitantes de la región de las palmeras se congregaron en las orillas de los ríos Mayo y Huallaga. Pero la llegada de San Juan se podía sentir desde hace varios días. El sábado 21, los hombres y mujeres comenzaron a acudir a los ríos a purificarse en el ritual del baño bendito, pues aquí se dice que San Juan Bautista consagró los afluentes y que todo el que se refresque en ellos tendrá una vida próspera. El domingo 22, en plena paralización en el distrito de Juanjuí, ya se hablaba de celebrar San Juan bailando alrededor de los piquetes que bloqueaban la carretera Fernando Belaunde si el Ejecutivo no atendía sus demandas. Ayer lunes, Tarapoto amaneció con un singular aroma a guiso de cebolla, gallina y ajos: los juanes ya habían salido de su baño en agua hervida y comenzaban a ser envueltos en hojas de bijao. Hoy, día central de la fiesta de San Juan, la región San Martín amaneció encendida. Nos despertó un numeroso grupo de 'pandillas', jóvenes que salen de madrugada a anunciar la llegada de la festividad. Una hora después, comenzaba un éxodo hacia Shapaja (norte) y Maceda (sur), localidades que tradicionalmente congregan a los sanmartinianos en esta fecha especial. En un momento de la mañana, las ciudades céntricas quedaron desiertas. Mientras tanto, los ríos se convirtieron en playas de verano y los botes de paseo parecían combis llenas. El agua, que dos días atrás era fuente de bendición, ahora se convertía en un principio de diversión de miles de viajeros que recorrieron el Huallaga en lanchas, botes pedaleros, motos acuáticas y a nado limpio. Lo que más se discutía hoy en San Martín era dónde se podía comer un buen juane de gallina –solo en Tarapoto se prepararon 25.000– y a qué hora empezaban a tocar Los Caribeños y Los Mirlos, este último natal San Martín, y que al cierre de esta nota tocaba “La Danza del Petrolero”. El factor religioso también convocó a toda la región selvática, sin excepción. Los más de 20 distritos de Moyobamba, Tarapoto, Tocache, Rioja y Lamas que llevaron a Juan Bautista en procesión eran testigos de una tradición que fusiona lo nativo con lo hispánico, otra unión que nadie se atreve a objetar.