Nueve menores que eran explotados en campos de arroz de Tumbes fueron rescatados por la Defensoría del Pueblo, en coordinación con el Ministerio Público y agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP). Los niños y adolescentes, de entre 9 y 16 años, desarrollaban jornadas de trabajo de más de 11 horas diarias a cambio de propinas.
La intervención se realizó el último sábado a la 1 p.m. en los arrozales del sector Playa Hermosa de Villa San Isidro, ubicado en el distrito de Corrales.
El representante de la Defensoría del Pueblo en Tumbes, Abel Chiroque Becerra, llegó al lugar y encontró a más de treinta menores que trabajaban en campos inundados donde se siembran almácigos de arroz. Solo nueve fueron rescatados; los demás huyeron corriendo hacia una playa cercana.
Chiroque Becerra, junto a los fiscales de prevención del delito Félix Quinde Feijoo y Silvia Cáceda y más de veinte policías, constató que los menores trabajaban desde las 7 a.m. hasta las 6 p.m. “Algunos ni siquiera comían durante todo el día”, dijo el funcionario.
Los menores fueron conducidos a la dependencia policial de San Isidro y después a una comisaría de familia, donde se coordinó su entrega a sus padres.
“Mientras que a un adulto le pagan S/.50 diarios, a estos niños solo les dan S/.20. El trabajo que hacen es infrahumano”, añadió.
Los niños y adolescentes rescatados provienen de los sectores Huaca de Barro y Fundo Las Pampas, ubicados en Mórrope (Lambayeque).
“ESTAMOS ACOSTUMBRADOS”
“Ya estamos acostumbrados a este trabajo. Así podemos comprar nuestros útiles escolares”, dijo uno de los menores.
También se comprobó que los menores, debido a que trabajan casi todo el día sumergidos en agua, sufren dolores en las articulaciones.
Al parecer, según Chiroque Becerra, existiría una mafia que los capta en Lambayeque y los traslada en camiones, sin el permiso de sus padres, hasta Tumbes. Allí, los entregan a capataces.