La captura de una mantarraya (Manta birrostris) registrada el pasado 18 de marzo en la caleta La Cruz (Tumbes) sorprendió a los peruanos. Muchos consideraron que se trataba de un caso insólito por los más de 1.000 kilos de peso y el colosal tamaño –8 metros de largo– del animal.
La captura rápidamente llamó la atención y la noticia se difundió en las redes sociales del mundo. Sin embargo, la pesca de la mantarraya, accidental según algunos pescadores involucrados, no sería un hecho aislado. Una investigación realizada por la organización Planeta Océano permitió determinar que entre el 2012 y el 2013, solo en Tumbes hubo siete extracciones de ejemplares similares.
Ello ocurrió pese a que las mantarrayas aparecen como especie vulnerable en la clasificación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Un factor agravante, detalla Planeta Océano, fue que tres de las mantarrayas pescadas estaban preñadas. Una tragedia para esta especie, pues las hembras solo pueden tener crías cada dos o siete años.
“La mantarraya es inofensiva para los humanos. Su carne se comercializa a bajo costo, pues se ignora que vale más viva que muerta. En varios países hay toda una industria turística apoyada en ellas”, explica la bióloga Kerstin Forsberg, directora de Planeta Océano, quien solicitó que se prohíba la pesca y comercialización de esta carne.
SIN CONTROL
Según la especialista, la falta de fiscalización del Ministerio de la Producción (Produce) en los desembarcaderos artesanales permite que los pescadores vendan carne de mantarraya sin problemas. “Es conocido que la ofrecen como si se tratase de raya [más pequeñas]. El kilo no cuesta más de S/.1”, agregó Forsberg.
Para Michael Epstein, de la escuela de buceo Spondylus, el incumplimiento de los convenios internacionales de conservación y ambiente agrava la situación de la especie.
“Matar una mantarraya es tan grave como asesinar a un delfín o a un oso panda”, afirma Epstein.
El ecologista asevera que a la fecha subsiste una migración de la especie desde Ecuador, país donde sí se promueve su conservación.
“En vez de aprovechar la oportunidad para desarrollar el ecoturismo, en el Perú hacemos de la pesca ilegal una amenaza contra ellas”, dijo.