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Ocho días después de la liberación de un grupo de 39 personas que estuvieron secuestradas varios años en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) por Sendero Luminoso, y a tres del rescate de un segundo grupo de 15 personas, estas víctimas del terrorismo aún no han sido reubicadas. Así lo aseguró ayer la dirigente de la Central Asháninka del Río Ene (CARE), Ruth Buendía Mestoquiari, quien pidió la intervención del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
Los rescatados aún se encuentran en la base antidrogas de Mazamari, en Satipo (Junín), bajo el cuidado de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional del Perú y el control de representantes del Ministerio Público.
Aunque no precisó la cifra, la lideresa señaló que la mayoría de liberados son asháninkas. Por ese motivo, planteó que la reubicación se realice en terrenos ofrecidos por la comunidad de Meteni, ubicada en el distrito de Río Tambo, en Satipo.
DilemaSegún Buendía, en una reunión multisectorial realizada el último lunes en Mazamari, propuso el traslado solo de los asháninkas rescatados, mas no el de los colonos [migrantes de diversas provincias que también fueron retenidos por Sendero], pues existe el temor de que tengan ideas subversivas y las transmitan en la comunidad. Esto fue rechazado por los demás participantes de la mesa de trabajo.
Tras las investigaciones realizadas por la fiscal antidrogas Eneida Aguilar Solórzano, el Ministerio Público ha informado que los colonos también fueron víctimas de los terroristas.