La mañana del 19 de noviembre del 2000, hace 14 años exactamente, llegó a la oficina del entonces titular del Congreso, Valentín Paniagua Corazao, un fax remitido desde Japón y mediante el cual Alberto Fujimori renunciaba de forma irrevocable a la presidencia de la República.
Diez años de un gobierno cargado de señalamientos llegaban a su fin e instalaba en Perú un clima de sensaciones encontradas que iba a prolongarse largos meses.
De un lado, creció el repudio en ciudadanía y el sector político opositor por lo que se consideró “una cobardía” ante la convulsa situación que afrontaba el Perú: dos meses antes (14/09/2000) el video Kouri-Montesinos había desnudado la estela de corrupción en el sistema de gobierno, y presionado por esta grave crisis política Fujimori se estableció en Japón tras viajar a Brunei para una reunión de la APEC.
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De otro, la euforia llenó plazas en distintas ciudades del país. Mítines, fiestas y manifiestos con arengas a viva voz en contra de la “vergonzosa” forma en la que terminaba aquel régimen lleno de fuertes acusaciones por corrupción, crímenes de lesa humanidad, compra de líneas editoriales, acuerdos con el narcotráfico y otros delitos por los que la justicia sigue procesos a Alberto Fujimori y ya le ha impuesto 25 años de pena.
La dimisión también detonó la moral del entorno más cercano al ex jefe de Estado. El otrora presidente del Consejo de Ministros Federico Salas fue el primero en recibir la comunicación desde Tokio y quien se la remitió a Paniagua. Sus primeras declaraciones luego de esto traducían indignación y completa incertidumbre. “Le dije a Fujimori que retornara y se enfrentara a la situación. En todo momento le comuniqué cómo habíamos sido sorprendidos y abandonados en una situación que ha causado crisis“, enfatizó.
El Congreso de la República, con Valentín Paniagua a la cabeza, inhabilitó por “incapacidad moral” a Alberto Fujimori para ocupar cargos públicos y a la postre el mismo Paniagua se hizo cargo del gobierno de transición.
FUJIMORI AL PARLAMENTO JAPONÉSEn adelante, Fujimori pasó cinco años en Tokio al amparo de su doble nacionalidad, e incluso postuló como parlamentario japonés. El 2005, en un intento de llegar al Perú y vincularse nuevamente a la vida política, viajó a Chile pero cayó detenido. Dos años después, la Corte Suprema de Chile aprobó la petición del Poder Judicial del Perú para extraditarlo. Y en abril del 2009, la justicia peruana lo condenó a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad.
Este es el texto de renuncia al cargo de presidente de la República enviado por Alberto Fujimori el 19 de noviembre del 2000. También puedes descargar el documento original en PDF.
Sr. Dr. Valentín Paniagua
Presidente del Congreso de la República
Presente
De mi mayor consideración:
_En primer término, deseo expresar a usted mis felicitaciones por su reciente elección como presidente del Congreso de la República.
Soy el primero en reconocer que hay un nuevo escenario político en el país, una de cuyas expresiones recientes es una nueva correlación de fuerzas en el Parlamento. Consciente soy, asimismo, de posiciones e intereses en ese Poder del Estado, que podrían conducir a una confrontación de poderes, a pesar de mi iniciativa para acortar el mandato presidencial y convocar a elecciones en estricto cumplimiento de la promesa que hiciera en mi mensaje de setiembre, y de los acuerdos alcanzados por el Gobierno y la Oposición en la Mesa de Diálogo promovida por la OEA._
A lo largo de estos últimos diez años, y como consta al país entero, a pesar de errores, que reconozco, he actuado sin cálculo político, mucho menos preocupado por la popularidad, circunstancias que hubieran impedido la exitosa ejecución de un programa económico antiinflacionario, el proceso de pacificación interna y luego, alcanzar la paz definitiva con Ecuador y Chile entre otros logros fundamentales de mi Gobierno. Jamás pensé, en todas estas oportunidades, sino en los sagrados y permanentes intereses de la República, actué a pesar de la resistencia ofrecida por el negativismo, la demagogia, el chauvinismo inconsciente e intereses personales o de grupo. Nada de ello me detuvo.
En esa línea principista se inscribió mi decisión de acortar mi mandato de Gobierno y convocar a elecciones generales para abril del 2001, objetivos ya cumplidos. Aún, sin embargo, no se ha recuperado la estabilidad política necesaria para llevar a buen término este período de transición que culminará con la elección de un nuevo Gobierno. Abrigo la esperanza de que bajo la honorable presidencia suya, esta estabilidad pueda alcanzarse en breve.
He vuelto, entonces, a interrogarme sobre la conveniencia para el país de mi presencia y participación en este proceso de transición. Y he llegado a la conclusión de que debo renunciar, formalmente, a la Presidencia de la República, situación que contempla nuestra Constitución, para, de este modo, abrir paso a una etapa de definitiva distensión política que permita una transición ordenada y, algo no menos importante, preservar la solidez de nuestra economía.
Formulo, pues, ante usted, señor presidente del Congreso, mi renuncia formal a la Presidencia de la República, en concordancia con el artículo 113, inciso 3 de la Constitución Política del Perú.
Hago fervientes votos por el éxito de su gestión, porque eliminada la supuesta causa de desavenencias y desencuentros entre Gobierno y oposición, todos se avengan a buscar con serenidad y patriotismo la forma más adecuada de garantizar para el Perú, para su pueblo, un futuro de verdadera democracia, es decir un sistema político que se traduzca en bienestar y desarrollo para la mayoría de los peruanos.
Muy atentamente.
Ing. Alberto Fujimori.