En las elecciones de 1990, Alberto Kenya Fujimori Fujimori era un personaje desconocido para la población. A diferencia de partidos como el Fredemo y el Apra, Cambio 90 no contaba con abundantes recursos ni una maquinaria publicitaria para promover su candidatura, fuera de un pintoresco letrero en la entonces caótica intersección entre la avenida Javier Prado y la Panamericana Sur.
El desconocido ex rector de la Universidad Nacional Agraria La Molina, que había tenido un ignoto paso por la televisión estatal a través del programa “Concertando”, presentaba un eslogan de campaña proféticamente irónico: “Honradez, tecnología y trabajo”.
Mientras que Mario Vargas Llosa lideraba las encuestas con un contundente 40% de la intención de votos y su victoria era inminente, Fujimori no alcanzaba ni el 1%. Sin embargo, hacia la tercera semana de marzo, faltando solo un mes para las elecciones, Fujimori ya tenía el 10% de la intención de voto en Lima, y en las dos semanas siguientes, su despunte se extendió a todo el país.
Pero la gran sorpresa llegó el 8 de abril: Vargas Llosa consiguió el 27,6% de votos, mientras Fujimori pasó a la segunda vuelta con un 24,6%. El 28 de julio, Fujimori, en un acto sin precedentes en la historia del Perú, asumía la presidencia de la República.
Alberto Fujimori es el clásico caso de estudio de un ‘outsider’: un candidato ajeno al mundo de la política y triunfante por encima de los partidos tradicionales. Hoy, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿cuáles son las probabilidades de que un evento similar ocurra en el 2016?
Para evaluar esta posibilidad, es necesario entender qué es un ‘outsider’, las características sociales y económicas que benefician a estos personajes y si una eventual victoria –la tercera a nivel presidencial luego de Fujimori y Toledo– sería positiva para el país. Dados algunos anuncios y voladas, la actual situación amerita una disección.
EL CORAZÓN DEL ‘OUTSIDER’Es importante notar que en nuestro medio se ha abusado del término ‘outsider’ para catalogar a cualquier posible candidato, ya que esta denominación es bastante atractiva, pues posiciona al candidato como una alternativa política frente al electorado.
En un sentido plenamente purista, un ‘outsider’ es una persona que no tiene experiencia política y es ajeno a esta. En una entrevista con El Comercio, el politólogo Carlos Meléndez sostuvo que “los ‘outsiders’ son gente que no está en el mercado político”, mientras que para el periodista Gustavo Gorriti, el ‘outsider’ es “el forastero del sistema, como en las viejas novelas del oeste, aquel que llega a un pueblo y deja un impacto fuerte”. A su vez, el politólogo y periodista Mirko Lauer señala que “‘outsider’ es sinónimo de advenedizo, alguien que no es socio del club”.
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