Las declaraciones de Peter Cárdenas –ex cabecilla del MRTA recientemente liberado– al programa “Punto Final” han abierto nuevamente el debate acerca del terrorismo en el Perú.
En particular, ha suscitado especial controversia la revelación de Cárdenas acerca de los múltiples contactos que tuvo durante su reclusión en la Base Naval del Callao con el cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, con quien habría conversado “casi todos los días”, y con Vladimiro Montesinos “a invitación” del propio ex asesor presidencial.
Si bien el jefe del INPE, Julio Magán, en entrevista con El Comercio, aseguró que es imposible –al menos en lo que respecta a este gobierno– que Peter Cárdenas se haya reunido con Montesinos o Guzmán, debido a que se encontraban ubicados en distintos sitios, lo dicho por el ex cabecilla del MRTA despertó dudas acerca de cuáles son las prerrogativas y facilidades que tienen los reclusos en la Base Naval.
¿En aislamiento?De acuerdo al ex jefe del INPE Leonardo Caparrós, el vigente reglamento del Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao (CEREC), que data del año 2001, es sumamente estricto.
No obstante, Caparrós precisa que si bien se establece que los internos deben estar en aislamiento, la norma no regula específicamente cómo es el contacto entre los internos en lugares como el patio u otras áreas comunes.
La norma inclusive dispone en su artículo 13 que, por razones fundadas de seguridad, el jefe del CEREC podrá disponer que las actividades comunes se realicen de manera individual, sin contacto con los demás internos. En otras palabras, el contacto entre los reclusos –a pesar de estar en celdas particulares– sería regular salvo se establezca lo contrario.
Asimismo, el reglamento dispone que muchas de las decisiones sobre la vida cotidiana del penal recaigan en el jefe del CEREC, quien entre sus múltiples atribuciones tiene la potestad de decidir qué otras actividades especiales pueden realizar los reos en conjunto.
No siempre fue asíDe acuerdo al vicealmirante (r) Luis Giampietri, en la década de 1990 las reglas en el CEREC eran más estrictas y los reclusos no podían salir más que una hora, sin tener contacto entre ellos.
Al respecto, Caparrós señala que la flexibilización de la legislación antiterrorista se inició después de que el Tribunal Constitucional (TC) declarara inconstitucionales las normas emitidas por el ex presidente Alberto Fujimori sobre traición a la patria.
“Por varios años la base naval no tuvo norma que la sustente. En el 2001, se publica el reglamento que hacía una excepción al código de ejecución penal y crea un régimen más duro al régimen penal ordinario”, agrega. Este decreto incrementa el número y tiempo de visitas, brinda acceso a diarios, radio y teléfonos, además de permitir reuniones grupales.
MÁS EN POLÍTICA...
.@AlanGarciaPeru será inscrito mañana como precandidato del Apra ► http://t.co/bsI3VaGiKr pic.twitter.com/TCOAb6AJQp— Política El Comercio (@Politica_ECpe) octubre 4, 2015