Una semana después del referéndum seguimos analizando los resultados con mensaje a la nación incluido. Los autodenominados líderes de opinión no dejan de destacar las bondades de esta consulta popular, que convierten al mandatario en casi un superpresidente. Nos encontramos ante un estado de “embelesamiento”, pocas veces visto.
La agenda posreferéndum apunta a la “junta de notables” que anunció Vizcarra en su mensaje a la nación. Como escribió Federico Salazar en este Diario: “¿En qué Constitución dice que una junta de notables hace la reforma política e institucional de un país?”. Pero a pocos les importa esta advertencia. Estamos llegando a un punto en el que disentir con Vizcarra o con su barra respecto a este tema es equivalente a ponerse del lado de la corrupción. Pero esa es otra historia.
Para los más entusiastas, el presidente ha ganado por goleada el referéndum, lo que podría ser una valoración subjetiva, pero lo que es un hecho es que cierra el año con 66% de aprobación y que el 63% considera que con el referéndum mejorará la justicia. ¡Menuda responsabilidad la del presidente cuando al cabo de un tiempo la gente de a pie no perciba diferencia alguna –al menos en el corto plazo– en todo aquello en lo que ahora confía.
Mientras seguimos entretenidos con los análisis de la consulta, la popularidad del jefe del Estado, sus hobbies, el pisco que toma y su presencia en el Estadio Nacional ayer, continúa la pugna en el Ministerio Público y la apelación de Keiko Fujimori se resolverá pasadas las 48 horas del plazo original.
Entre tanto, hay otros temas que no merecen el mismo interés por parte del Ejecutivo, como la reconstrucción en el norte y la falta de inversión pública.
Este Diario informó el sábado que “la reconstrucción del norte registra solo 20% de avance”. Y por si fuera poco, el Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) alertó que existe una probabilidad del 73% de que este evento climático se presente en la costa peruana durante el verano del 2019. Llueve sobre mojado, literal.
Según un reportaje de la Unidad de Análisis Económico de El Comercio, había la expectativa de que se lograría crecer 4% este año. “Sin embargo, tras un decepcionante tercer trimestre, las expectativas son menos optimistas”. De acuerdo con la misma nota, si bien hay factores externos que no ayudan, en el ámbito interno “la baja eficiencia del gobierno para hacer política fiscal expansiva a través de un fuerte impulso a la inversión pública” ha sido determinante para que no se dé el crecimiento esperado.
Pareciera que vivimos en un país con dos realidades: la virtual y la real. En la primera, estamos en el país de las maravillas donde tras los resultados del 9 de diciembre nos convertiremos en un Estado libre de corrupción. Y en la real, vivimos en un país con enormes desigualdades, donde la economía no avanza, la reconstrucción no cuaja, el presidente se puede dar el lujo de tener un Gabinete incompleto sin que a nadie le importe y una universidad como la PUCP les roba a sus alumnos 30 millones de soles, sin que la Defensoría del Pueblo diga nada o la Fiscalía de la Nación actúe de oficio.
Sí hay otra agenda, pero hay quienes prefieren no verla.