Bruno Giuffra se convirtió hoy en el nuevo ministro de Transportes y Comunicaciones. Reemplaza en el cargo a Martín Vizcarra, hombre de confianza del presidente Pedro Pablo Kuczynski que renunció debido a la polémica surgida por el informe de la contraloría sobre la adenda del aeropuerto de Chinchero.
La controversia en torno al nuevo aeropuerto del Cusco es el problema más visible que enfrentará Bruno Giuffra. El propio primer ministro, Fernando Zavala, dijo ayer que será él quien evalúe las alternativas que el Ejecutivo deberá tomar respecto al contrato suscrito con el consorcio Kuntur Wasi.
Pero, ¿qué otros retos deberá enfrentar el nuevo titular del MTC? Para el analista político Carlos Tapia, Bruno Giuffra se verá frente a la reconstrucción que el Gobierno ha planteado para las zonas afectadas por el El Niño Costero. Si bien se nombró a Pablo de la Flor como la autoridad encargada, el MTC liderará la restauración de las vías y carreteras dañadas en todo el país.
“El tema de la reconstrucción no es tan fácil como quiere presentarse, diciendo que ya tenemos el dinero para hacerlo en tres años. Es un problema que tiene escenarios económicos, pero también políticos y sociales”, consideró Tapia.
Para él, Bruno Giuffra deberá interactuar con gobiernos regionales y locales y desarrollar una relativa armonía con ellos. Añadió que si bien el ministro tuvo un buen desempeño durante el conflicto social en Saramurillo -donde presidió la mesa de diálogo-, este caso es distinto.
“Otra cosa es resolver el problema de la reconstrucción con cambios con una población que cada vez va a estar más enardecida”, comentó Tapia.
El analista Luis Benavente, por su parte, afirma que “el MTC se ha convertido en un ministerio complicado” debido a la reciente la crisis política generada en torno a Chinchero y la reconstrucción.
Sobre el segundo punto, Benavente sostiene que el caso de corrupción de Lava Jato, que implica a empresas constructoras como Odebrecht y otras, sin duda afectará el método de trabajo.
“Las empresas constructoras están en este momento muy cuestionadas y se tendrá que pensar en abrir el mercado peruano a constructoras europeas que demuestren certificación de calidad y transparencia sin corrupción”, planteó.
-De vuelta a Chinchero-Sobre el caso de Chinchero, Tapia opina que Fernando Zavala hace “una jugada política” al decir que el nuevo titular del MTC deberá ser quien decida el futuro del contrato.
“Lo de Chinchero no depende mucho de Bruno Giuffra sino del propio Gobierno, que tiene que responder si deja de lado el contrato o busca renegociarlo. [...] Si el primer ministro decía la alternativa más propicia, estaría tirando al piso todas las propuestas que se hicieron”, explicó.
Tapia sostiene que, para él, “la salida que va a emplear el Gobierno es la renegociación del contrato, pues es muy costoso patear el tablero”. Agregó que el rol de Bruno Giuffra será relevante, pero que “es imposible que tome una decisión con un punto de vista que no sea aprobado por el Consejo de Ministros”.
De opinión contraria es Benavente. Él refiere que “lo más saludable sería rebobinar el tema hasta el expediente técnico, hacer una nueva licitación internacional y que se exija transparencia”.
Como alternativa política, plantea que miembros de la oposición actúen como veedores, a fin de encontrar una salida política del problema. Sin embargo, consideró que “hay una oposición que está afectando la gobernabilidad”. “Bruno Giuffra será un ministro que, desde que entre, va a estar con muchos francotiradores apuntándole”, apunta.
-Los Panamericanos-Otro reto a la vista de los analistas es el de los Juegos Panamericanos que, según lo programado, tendrán lugar en Lima en el 2018.
Benavente cree que si bien el Ministerio de Educación también tiene una participación política y administrativa, se trata de “una bomba de tiempo” debido a los cuestionamientos políticos que hubo sobre su realización.
“El tiempo pasa y la comisión encargada debería a convocar a la prensa para informar sobre el avance de los Juegos Panamericanos antes que regresen las críticas”, recomendó.
Carlos Tapia tiene una opinión similar. Él dice que si bien el prestigio del Perú quedaría golpeado y habría que pagar una multa si se cancelan, la gravedad de la situación política, económica y social que se avecina podría jugar en favor de esa medida. “El correr del tiempo no está a favor de su realización”, acotó.
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