De acuerdo con el cronograma tentativo del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), las elecciones primarias -una obligación introducida por la reforma política impulsada desde el Ejecutivo- se realizarán este noviembre. Si bien los partidos políticos ya contaban con mecanismos de democracia interna para escoger a sus candidatos, la nueva normativa establece que serán todos los ciudadanos habilitados para votar –es decir, no solo militantes- quienes elijan, a través de las primarias abiertas, qué candidatos de un partido competirán en las elecciones generales del 2021.
Este hecho es aprobado por 86% de la población que, según la última encuesta de El Comercio-Ipsos -realizada el 11 y 12 de marzo-, está de acuerdo con que elecciones primarias sean abiertas para todos los ciudadanos, frente a un 10% que considera que solo los miembros del partido político deberían votar en las primarias para escoger a sus candidatos.
Milagros Campos, quien formó parte de la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política, el hecho de que la amplia mayoría de encuestados esté a favor de que los ciudadanos puedan votar en las primarias es un indicador del descontento que existe respecto de la oferta de candidatos dada por las organizaciones políticas. “[La encuesta] hacer notar que la gente no está contenta con lo que hay y que es necesario hacer un esfuerzo para buscar darle mayor legitimidad a los partidos políticos”, asegura.
Arturo Maldonado, politólogo especialista en comportamiento electoral, opina que el 10% de encuestados que considera que solo los miembros del partido político deben votar en las primarias para escoger a sus candidatos responden a una lógica “sectaria”, en el sentido de que “las decisiones las deben tomar los mismos miembros de un grupo y no cualquier persona externa”.
►La premura de las elecciones primarias abiertas
Pero la exigencia de las primarias abiertas no regirá para todas las organizaciones políticas en el proceso electoral del 2021. Y es que, mediante una disposición transitoria complementaria, el Parlamento pasado decidió que, para estos comicios, los partidos inscritos antes de publicada la norma podrán realizar elecciones internas cerradas. Por lo tanto, en las primarias de este año, los ciudadanos que escojan votar en partidos antiguos –como, por ejemplo, Fuerza Popular, Frente Amplio o Acción Popular- únicamente tendrán la opción de ratificar una lista decidida previamente por la organización política.
Campos cree que el nuevo Congreso de la República debe poner a debate la eliminación de esta disposición transitoria. “La disposición da un trato diferenciado entre los 24 partidos inscritos y los pocos partidos nuevos. Lo que se va a generar es una sensación de frustración en los votantes, que van a pensar ‘me hacen venir a votar y no estoy eligiendo nada’. Habría que pensar en eliminar esa disposición transitoria”, considera.
Maldonado concuerda. “No solamente por equidad entre los partidos, sino por un tema de facilidad administrativa para la ONPE y de facilidad informativa para el ciudadano. A ojos del ciudadano, que todos los partidos políticos estén bajo las mismas reglas legitima las elecciones de alguna manera. Para darle más legitimidad a esta elección, debería eliminarse esta disposición transitoria”, asegura.
La obligatoriedad del voto
Una característica introducida por la nueva ley de democracia interna es que estas son de carácter obligatorio, por lo que quienes no acudan a las urnas serán multados, como ocurre en los comicios generales.
Pese a que la mayoría de encuestados se mostró a favor de que las primarias sean abiertas, el 64% cree que estas deberían ser de voluntarias. 34%, en cambio, está de acuerdo con que sean obligatorias.
Para Maldonado, estas cifras muestran que los ciudadanos prefieren “tener la puerta abierta” para poder decidir participar en una elección primaria. “A la gente le gusta tener la oportunidad de vota, si es que le da tiempo, si es que les interesa, por lo menos saber que existe esa posibilidad. Las personas prefieren tener la oportunidad, aunque generalmente esa oportunidad no se suele aprovechar”, explica.
A pesar de la obligatoriedad del voto, en las elecciones extraordinarias del 26 de enero se registró una cifra de ausentismo sin precedentes: más de seis millones electores no votaron, cifra que representa, aproximadamente, el 25% del padrón electoral.
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“Los ciudadanos no perciben esta elección como una muy importante, muy directa. Por eso, es probable que el ausentismo, si no aumenta, se mantenga en un nivel alto como ocurrió en las elecciones de enero”, señala.
En este contexto, Campos señala que los partidos tienen un rol crucial en la movilización de los votantes. “En Montevideo [Uruguay], los militantes llaman a los votantes para movilizarlos, para convencerlos de asistir a votar”, comenta.
Elecciones simultáneas
La ley, por otro lado, ha establecido que las primarias se realizarán “de manera simultánea”. Esto quiere decir que las elecciones de cada organización política se realizarán al mismo tiempo y en la misma fecha, en una sola votación. Un 64% de encuestados está de acuerdo con esta disposición. 28%, por el contrario, estuvo de acuerdo con que cada partido pueda decidir cuándo realizar sus comicios.
“A la gente le gusta la idea de que haya un orden, y no que haya diferentes fechas para diferentes elecciones internas de partidos”, explica Maldonado. Para el politólogo, la lógica de realizar las elecciones de manera simultánea está en prevenir la confusión y el desorden.
Campos explica que este sistema, sumado a la valla de 1,5% de votos válidos emitidos que deberán superar los partidos en las primarias para continuar en el proceso, elimina la posibilidad de que un mismo votante, con la finalidad de “sabotaer” a un partido rival, acuda a sus elecciones primarias para escoger a candidatos desfavorables.
“Votamos por el partido que nos interesa que consiga el 1.5% de votos. Yo tendría que renunciar a escoger en mí partido y, por lo tanto, a ayudarlo a pasar la valla, para votar en la elección del partido rival para escoger a los peores candidatos. Al tener un solo voto, en un solo local de votación, votar en otro partido sería sabotear al propio”, afirma.
La participación de los organismos electorales
Con la nueva norma, la organización de las elecciones primarias estará a cargos de los organismos electorales, como la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y el JNE. Antes, cada partido político podía solicitar el apoyo de las entidades para realizar sus procesos de democracia interna, pero no era una obligación.
Según Ipsos, un 90% está de acuerdo con que las elecciones primarias sean organizadas por la ONPE y supervisadas por el JNE. Tan solo 6% de entrevistados señaló que estas deberían ser organizadas por cada partido, sin la intervención de los organismos electorales.
Para Maldonado, esta cifra se explica por dos factores: por un lado, el desprestigio de los partidos y, por otro, la confianza en los organismos electorales frente a la autonomía de las organizaciones políticas.
“La gente sabe que los partidos políticos, cuando organizan sus propias elecciones, en algunos casos estas son un saludo a la bandera, que las decisiones [sobre quiénes serán los precandidatos] está tomadas por anticipado. Por eso no se quiere que ellos las organicen. Por otro lado, los organismos electorales sí tienen buena reputación y los ciudadanos los valoran”, asegura.
La participación de las entidades electorales en estos procesos, indica Campos, permitirían una mayor equidad entre las distintas organizaciones políticas en la distribución de recursos, pues “hay partidos que eventualmente no podrían llegar a todo el país, por lo que la ONPE garantiza que el derecho político del voto sea ejercido por todos los ciudadanos”.
Las primarias y el nuevo Congreso: un intento de suspensión frustrado
En su primer día de funcionamiento, una polémica propuesta se desató en el Congreso de la República. Horas después de que los legisladores juramentaran el cargo, un borrador de proyecto de ley impulsado por el parlamentario Luis Roel (Acción Popular) que buscaba modificar la Ley Orgánica de Elecciones circuló por el hemiciclo.
Entre otras disposiciones, la iniciativa planteaba suspender la convocatoria al proceso de elecciones generales 2021 y, con ello, postergar las elecciones primarias.
“Se suspende la convocatoria al proceso de elecciones generales 2021, incluyendo el proceso de elecciones primarias hasta que se agote el plazo de 6 meses dados en la presente disposición. La presente suspensión es de obligatorio cumplimiento para los órganos electorales y demás poderes del Estado”, se lee en el segundo párrafo de la disposición complementaria transitoria del proyecto, que lleva la firma de nueve acciopopulistas, entre ellos las de su vocero Otto Guibovich y la de Manuel Merino, presidente del Congreso.
La iniciativa generó controversia, dado que la suspensión de los procesos electorales generales son potestad del presidente de la República. El proyecto de ley 4851-2020, finalmente, fue presentado sin la polémica disposición.