Hugo Otero se jacta de que Alan García le dice ‘búho’ porque tiene cierto aire de sabio lechuzón. Hace cálculos de impacto y efecto como todo buen publicista; pero jura que las campañas políticas son cosas del corazón. Llegamos a su casa y él mismo dispone la puesta en escena, con un pequeño búho de peluche que aprueba sus respuestas.
¿Tu corazón aprista está expandido? Tienes que patrocinar a más de un líder.No soy el estratega exclusivo de la Alianza Popular y tampoco he sido exclusivo del Apra. No tengo jefatura ni cargo, tengo la suerte de que me escuchen. Soy miembro de la dirección política del Apra, eso sí. Y ahora formo parte del grupo de estrategia y medios de la Alianza Popular con Luis Gonzales Posada y Jorge del Castillo; por el lado del PPC el equipo lo encabeza Javier Bedoya.
Lourdes Flores dice que se ha reunido contigo.Me reuní con ella, me escuchó y tuvo palabras generosas. Tiene enorme talento político. Yo trabajé con ella para la campaña del 2010 en la Alcaldía de Lima.
Y en la revocación estuvo del lado institucional y tú no.[Ríe]. Estábamos los revocadores. Yo fui asesor de la campaña. Fue una buena campaña, se perdió por muy poco.
¿No es algo romántico el patrocinar a dos veteranos políticos frente a este sentimiento antipolítico tan extendido?Es un punto muy sensible. Hace 50 años soy político. Nunca he cobrado por una campaña, porque tengo convicciones. Todo esto en el Perú ha ido pervirtiéndose: la compra y venta de marketeros, de lealtades. Haya de la Torre decía que el camino a Palacio no se compra con oro, hay que llegar a la conciencia del pueblo. La alianza con Lourdes es sincera, profunda, donde Alan ha reconocido que él solo no puede.
Entonces, tú crees que Lourdes y el PPC suman, ¿qué suman?Suman una idea que es reforzar la democracia y la república. Son los dos líderes democráticos más importantes del Perú que unen sus experiencias y liderazgos para ponerlos al servicio del país. Es fundamental en un momento de tanta zozobra y desarticulación. El Perú está descuartizado. La unidad por el Perú es el principal mensaje.
Asesoraste a PPK en el 2011, ¿mantienes simpatía por él?Tengo simpatía por él porque lo conozco profundamente. Es un tecnócrata muy valioso. Aporta conocimientos, enriquece la campaña. Hay que escucharlo.
¿Pediste licencia al partido?No, porque en ese momento el partido no tenía candidato a la presidencia.
¿Mercedes Aráoz qué fue?Pretendió ser candidata del partido, pero no llegó a un acuerdo y no fue candidata. Los apristas que no participamos en la elección del Congreso quedamos con libertad de acción.
Por amistad o por militancia, ¿se lo consultaste a Alan?Conversé con los dos. Me reuní con los dos juntos y conversaron democráticamente. Pedro Pablo era su profesor en la universidad.
O sea, Alan vio con simpatía la candidatura de PPK.Y el Apra apoyó oficialmente a PPK, porque no tenía antecedentes extrademocráticos. Pero Alan se cuidó mucho de no participar y consta que no intervino en la campaña.
Volvamos a nuestra campaña. Tu reto está más en el antivoto que en la intención de voto.Creo que vamos a pasar primeros a la segunda vuelta. Eso del antivoto se va reduciendo poco a poco a medida que se da el trabajo político. El trabajo político no toma en cuenta las encuestas, sino al ciudadano y sus problemas. [...] Eso no se contrata, no viene del extranjero. Eso está en el corazón. Eso es política. Eso tiene que rescatarse. Esta campaña va a ser la política contra el márketing. Las campañas van a la conciencia, no al bolsillo.
Esa conciencia está bronqueada con tu candidato.La idea fundamental es la unidad. Es una propuesta muy profunda. Nos unimos por el Perú. No es una frase para la galería. Un peruano pobre me dirá, ¿qué vas a hacer por mí? A esas personas hay que darles respuesta, hay que llegar a su conciencia.
Alan del brazo con Lourdes ¿es un principio de respuesta?Para la mayoría del pueblo es una respuesta el dejar de lado las contradicciones para caminar juntos. Hay muchas propuestas llamativas, el canon comunal, las tarjetas de crédito, el derecho a la propiedad.
¿Fue temerario enviar a Alan a Cajamarca, una boca del lobo?No solamente hay que ir donde te aplauden. Llegar a la conciencia del pueblo es ir donde no te quieren. Hablar con la gente y escucharlos. Ahí enseñamos y aprendemos, nos convencen y convencemos. No se trata de ir con carteles “vota por tal” y con tres payasos a entretener a la gente. Hay que debatir. Cajamarca tiene profundas raíces apristas.
Bien enterradas. Ahí es Conga no va, Apra no va.Hay que desenterrarlas y llegar a la conciencia de los ronderos, formados por el Apra. La minería y la agricultura son compatibles, pero hay que explicar y persuadir a la gente, y exponerse a que a uno lo pifien.
¿Va a ir a Trujillo a desenterrar el sólido norte?[Ríe] No se trata de desenterrar el sólido norte. Hay que reforzarlo, recuperar los afectos. En el Perú, el voto es muy afectivo. Eso no lo entienden los señores que vienen de afuera porque no conocen nuestros afectos, no han mamado nuestra leche, eso no se adquiere en los libros ni en las campañas internacionales.
Si hicieras campañas en el extranjero, ¿cobrarías bien?No he asesorado candidatos en el extranjero. Y si me convocan en estos momentos los compañeros en Venezuela, los adecos, lo haría de mil amores. Hasta me compraría el pasaje.
Sí trabajas en campañas para empresas privadas.Ese es mi trabajo alimenticio, la publicidad comercial. Es otro campo, pero me sirve mucho, porque ahora la aplico. Pero son distintas. La publicidad busca vender y trabaja con las percepciones; la política busca llegar a las conciencias. Los marketeros confunden las cosas y creen que un payaso y cuatro frases venden como si vendieran Coca-Cola o un condón.
Un tema crucial para tu candidato es el de los narcoindultos, porque se lo asocia con corrupción e inseguridad.Yo no creo que estemos asociados a la inseguridad y a la corrupción, pero nos quieren asociar. Ese ha sido el trabajo del adversario, es el trabajo político de los que no nos quieren.
Eso que llamas el trabajo del adversario ha tenido éxito. ¿Cuál va a ser la respuesta, más allá de lo que ya ha dicho Alan?Una respuesta es la Alianza Popular. Una respuesta concreta es afirmar la democracia como gran antídoto contra la inseguridad. Esto no puede ser un mercado donde los candidatos se venden. Esa es la herencia del fujimorismo. [En cambio], esos chicos apristas jóvenes que ves con carteles no cobran un sol y llegan a la conciencia del pueblo. Yo les digo a los chicos, el mensaje no es lo que ustedes dicen, el mensaje son ustedes.
Uno de esos muchachos hace años fue Facundo Chinguel.Para que veas que no todos los muchachos del Apra son ángeles. También hay perversos. Chinguel está afuera. Aquí no hay defensa corporativa. El Apra es algo muy importante, es un activo del Perú. Y nos juntamos con un movimiento que tiene 50 años, ¡qué buena noticia para el Perú!
Esas emociones todavía no las veo en la campaña, ni de la Alianza Popular ni de los otros.Te apuesto a que va a ir subiendo. Los peruanos no somos de fáciles afectos. ‘Je ne me fais pas des illusions’ y no creo en pajaritos. Conozco los afectos peruanos, poco a poco y con paciencia. Vendrán otros sentimientos y otras encuestas.
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