¿Verdad, media verdad o mentira? En esta sección analizamos el grado de veracidad de las propuestas y aseveraciones de los candidatos que aspiran a ocupar el sillón presidencial. Desde la salud de calidad gratuita para todos, hasta alcanzar el 98,1% de la electrificación rural, las múltiples y entusiastas promesas de campaña continúan.
“Salud de calidad gratuita como derecho universal de los peruanos”. Alfredo Barnechea (Página web oficial)
FALSO: La propuesta del candidato de Acción Popular para que todos los peruanos tengan “salud de calidad” sin costo alguno resulta poco realista.
Parte del problema es que la iniciativa carece de mayor desarrollo tanto en el plan de gobierno de Acción Popular como en cualquier fuente oficial del partido. Sin definir qué es lo que el señor Barnechea entiende por “salud de calidad” ni el sistema a través del cual planea implementarla, es difícil cuantificar el costo de la universalización del servicio. Sin embargo, si presumimos que “gratuita” significa que el Estado pagará por ella y que la propuesta podría alcanzarse si el Perú tuviese el mismo gasto per cápita en salud que un país de ingreso medio-alto como Chile, habría que destinar S/126.000 millones al año del presupuesto público para cubrir el costo, equivalente a más del 90% del total disponible en las arcas del Estado.
Con el 30% de los peruanos aún sin acceso a un seguro médico y dos de cada cinco sin vacuna triple, iniciativas más concretas y viables podrían llegar más lejos.
“¿Cómo puede sostenerse que el modelo es un éxito si la pobreza multidimensional […] no tuvo grandes avances?”. Keiko Fujimori (Plan de gobierno de Fuerza Popular)
FALSO: El plan de gobierno de Fuerza Popular critica los beneficios que el modelo económico de las últimas dos décadas ha traído para la población más pobre. Es sabido que la pobreza monetaria se redujo considerablemente en ese período, así que el ataque de la agrupación de la señora Fujimori se enfoca en los cambios en la calidad de vida de los peruanos de menos recursos.
Pero también usando esa perspectiva –y no la monetaria–, las mejoras de los últimos años son patentes. La información disponible del INEI, por ejemplo, revela que entre el 2004 y el 2013, el porcentaje de la población peruana con al menos una necesidad básica insatisfecha (NBI) se redujo de 34,6% a 20,3%: más de 14 puntos porcentuales de diferencia –o una reducción del 41%– en apenas diez años. Entre los hogares que tienen de 2 a 5 NBI, el ratio pasó de 11% a 4,4% en el mismo período. En otras palabras, aunque aún hay camino por recorrer, el modelo al que hace referencia la señora Fujimori sí ha mejorado la calidad de vida de millones de personas en relativamente poco tiempo.
“Alcanzar el 98% de electrificación de la población rural”. Alan García (Plan de gobierno de Alianza Popular)
MEDIA VERDAD: El plan de gobierno de Alianza Popular propone “extender las líneas de transmisión eléctrica hacia áreas rurales y fortalecer las distribuidoras regionales” para alcanzar un 98% de electrificación en el sector rural. Actualmente, el coeficiente de electrificación en ese sector asciende a 78%, según el Ministerio de Energía y Minas (Minem). La diferencia de 20 puntos porcentuales que propone el señor García parece a primera vista notable y ambiciosa.
Lo interesante es que el Plan Nacional de Electrificación Rural del Minem plantea ya metas concretas en base a inversiones comprometidas e identificables que superan la promesa del candidato. Al 2021, el coeficiente de electrificación rural proyectado es de 99,1%, más de un punto porcentual por encima de lo que propone Alianza Popular. La proyección de la inversión acumulada para dicho año asciende a un total de S/3.789 millones, que se destinarán a líneas de transmisión, sistemas eléctricos rurales, pequeñas centrales hidroeléctricas, módulos fotovoltaicos y empresas eléctricas. En cualquier caso, resulta por lo menos curiosa una promesa de campaña menos ambiciosa que lo que ya tiene la actual administración en marcha.
“En mi gobierno crearé un instituto tecnológico del calzado en cada región del país”. Pedro Pablo Kuczynski (8/2/16)
MEDIA VERDAD: En su paso por El Porvenir, principal distrito productor de calzado en el Perú, ubicado en Trujillo, el candidato de Peruanos por el Kambio indicó: “Vamos a tener un rumbo seguro para el Perú y no propuestas descabelladas”.
Luego de una reunión con microempresarios del calzado, el señor Kuczynski anunció que en un eventual gobierno suyo crearía un instituto tecnológico del calzado en cada región del país. No está de más recordar que el Ministerio de la Producción ya hizo un análisis de la viabilidad de los centros de innovación tecnológica (CITE) para calzado en distintas regiones. Como resultado existe un CITE de cuero y calzado en Lima y otros dos están en construcción en Trujillo y Arequipa.
En las demás regiones, el potencial y la demanda para implementar institutos tecnológicos de calzado parecen no ser suficientes, por lo que se priorizan CITE relacionados con las fortalezas de cada zona del país (agroindustria, márketing, logística, minero-ambiental, madera, pesca, metalmecánica, textil, entre otros). Después de todo, es cuanto menos cuestionable que las 25 regiones del país tengan el potencial para ser competitivas en la industria del calzado.
“La minería genera una importante renta para nuestro país, pero no mucho empleo”. Verónika Mendoza (16/11/15)
FALSO: La candidata Mendoza mencionó que “la minería genera una importante renta para el país, pero no mucho empleo”. Lo cierto es que, adicionalmente al empleo directo (que puede no ser alto en términos relativos), el sector minero contribuye también a la creación de empleos indirectos e inducidos, producto de su fuerte interrelación con otros sectores de la economía y el aporte a la generación de mayores ingresos. Como consecuencia de estos efectos, el Instituto Peruano de Economía (IPE) estimó que por cada empleo generado en la minería se creaban nueve empleos adicionales en la economía. Considerando que durante el 2015 la minería generó directamente casi 200 mil empleos, el sector habría contribuido a la existencia de aproximadamente 1,8 millones de empleos adicionales.
Además, es crucial resaltar que no solo importa la cantidad de empleos, sino la calidad de estos. Según el portal Ponte en Carrera, del Ministerio de Educación, un ingeniero de minas recién egresado logra un sueldo que varía entre S/2.100 y S/4.000 al mes, muy por encima del ingreso promedio por trabajo en el Perú, que asciende a aproximadamente S/1.230 mensuales.
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