Un día después de la reunión de cancilleres de la región en Lima, que culminó con 16 acuerdos sobre la crisis en Venezuela, se conoció que uno de los invitados, el embajador de Uruguay en Lima, Carlos Barros, optó por retirarse del Salón Embajadores de Torre Tagle cuando los asistentes apenas empezaban a plantear la condena a la ruptura del orden democrático por parte del régimen de Nicolás Maduro.
Según revelaron a este Diario asistentes al encuentro, Barros se excusó al alegar que había recibido instrucciones para retirarse.
Distinta fue la situación de los países caribeños cuyos representantes participaron en la redacción de la declaración, pero se abstuvieron de firmarla porque sus jefes de Estado también se reunirán en el seno de la Comunidad del Caribe (Caricom).
La reunión se prolongó el doble del tiempo previsto por el cuidado que demandó la redacción del documento.
Algunos países incluso estaban dispuestos a contemplar medidas más radicales. “Había que redactar [un documento] dejando campo de acción a unos y otros”, comentó una fuente.
Según se explicó, si se establecían medidas concretas posiblemente algunos países no hubieran firmado la declaración. “La dificultad radicó en encontrar fórmulas que permitieran apoyar el documento sin establecer conductas específicas”, se comentó.
La ruptura de relaciones con Venezuela no fue un punto de la agenda. Precisamente ayer, en declaraciones a Efe, el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, manifestó que la ruptura “no es una opción que se esté contemplando”. Precisó que no la descarta, pero no cree que sea la forma más útil y conveniente para mantener posibilidades de diálogo.
—¿Retiro inminente?—Nuestro gobierno tomaría esta semana una decisión sobre la situación del embajador de Venezuela en Lima, Diego Molero. Ya el fin de semana último el canciller Ricardo Luna indicó que no se descartaba su expulsión y que la decisión se tomaría después del encuentro de cancilleres.Fuentes consultadas ayer confirmaron que efectivamente se contempla que una de las primeras medidas concretas sería expulsar a Molero de Lima, a quien se le pediría directamente que se retire del país. Se explicó que esta expulsión no significa romper relaciones con Venezuela, es decir, las relaciones diplomáticas seguirían pero a nivel de encargado de negocios. Cabe recordar que el Perú optó por retirar a su embajador en Caracas en marzo último.Ya en junio, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo cerró su oficina comercial en Venezuela por la dificultad para hacer negocios.Un elemento que considera Relaciones Exteriores sería la moción aprobada en el Congreso en la que se pide la salida de Molero.En diálogo con este Diario, el legislador Jorge del Castillo consideró que, si bien esta sería una “medida apropiada”, debido a “la confianza que genera la labor la cancillería”, respaldarán la decisión que esta tome cuando lo considere oportuno.