El congresista y ex ministro de Salud del gobierno de Alberto Fujimori, Alejandro Aguinaga, expresó hoy su malestar por la decisión de la Primera Fiscalía Supraprovincial de reabrir el denominado caso de esterilizaciones forzadas, pues considera que viola principios constitucionales debido a que fue archivado en su momento.
Nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo caso. Esto no tiene fundamento, ha sido visto en extremis y ha sido archivado () se ha violentado el plazo razonable, ¿es normal que después de diez años de investigación y archivamiento se reabra el caso?, respondió al ser consultado por elcomercio.pe sobre el tema.
En comunicación telefónica desde Chiclayo, Aguinaga mencionó que siempre respondió a la justicia por este caso y que la decisión fiscal viola principios constitucionales. Al respecto, dijo que tanto las fiscalías de derechos humanos, como una fiscalía superior y la propia fiscal de la Nación en su momento, Nelly Calderón, decidieron el archivamiento.
Hoy se conoció que la fiscalía reabrió el caso por los delitos de secuestro, coacción y lesiones tras un pedido de la Comisión Interamericana de DD.HH. (CIDH) al Estado Peruano. El caso había sido archivado hace dos años y medio por el Ministerio Público.
RENUNCIARÍA A SU INMUNIDAD Consultado si se someterá a esta nueva investigación, Aguinaga señaló que está dispuesto a seguir defendiéndose. Sobre si renunciaría a su inmunidad parlamentaria si el caso llegara al Poder Judicial, respondió: No tengo inconveniente, no tengo ningún problema, tenemos razones científicas, de política poblacional y jurídicas.
En ese sentido, Aguinaga volvió a negar que las esterilizaciones forzadas hayan sido una práctica del gobierno fujimorista.
Lo que hubo fue un escenario gravísimo de salud reproductiva que comprendía una elevada tasa de mortalidad materna ligada al parto. Los periodos de nacimiento entre niño y niño eran muy cortos y generaban mortalidad infantil y materna. ¿Qué hace un Estado ante eso? Provee los medios para la planificación familiar. Se daba un correctivo y era voluntario. Los métodos incluían pastillas, inyecciones y las intervenciones quirúrgicas, mencionó, a la vez que aseguró que muchas mujeres quedaron satisfechas.
Sobre las pacientes que resultaron con terribles secuelas tras las operaciones (una de ellas María Mestanza, quien llegó a morir), Aguinaga argumentó que siempre puede haber un rango de complicaciones.
También dijo que fueron judicializados los casos de mujeres que denunciaron haber sido intervenidas en contra de su voluntad.
No se ocultó nada, el programa del gobierno tuvo el control de entidades extranjeras. Aquí no hubo dolo ni nada, insistió.