A la tercera, con susto y al filo de la censura. Así consiguió el Gabinete de Ana Jara el voto de confianza que le solicitó al Congreso el miércoles pasado. Tras un empate a 54 entre los votos a favor y en contra, la presidenta del Parlamento, Ana María Solórzano, dirimió a favor de la investidura, que no fue celebrada por el oficialismo.
Para los analistas políticos Ricardo Vásquez Kunze y Carlos Meléndez, el Gabinete Jara al igual que el de Cornejo comienza sus labores debilitado. A continuación, cinco reflexiones que ellos hacen al respecto:
1. JARA NUNCA MANDÓEl voto de confianza obtenido por el Gabinete Jara “ni siquiera es una victoria pírrica, sino una derrota política sin atenuantes para el Gobierno”, sostuvo el analista político Ricardo Vásquez Kunze.
Consideró que uno de los motivos que tuvo un sector de la oposición para variar su abstención por el voto en contra fue que la primera ministra hasta el momento no puede demostrar que es ella la que toma las decisiones en el Consejo de Ministros.
“Jara creía que era la reina, cuando en realidad es un peón. Quiso demostrar que estaba al mando, pero esto es una parodia y una farsa. La única concesión que hizo el oficialismo a la oposición [la suspensión del aporte obligatorio de los independientes al sistema de pensiones] fue anunciada por Nadine Heredia, y no por la jefa del Gabinete”, dijo en diálogo con El Comercio.
El Partido Nacionalista a través de su Bancada estará a favor de un PL que Suspenda el Aporte Obligatorio de los Independientes a las AFP.— Nadine Heredia (@NadineHeredia) agosto 25, 2014
2. “ES UN GABINETE DÉBIL”Al igual que el Gabinete de René Cornejo, el de Jara comienza debilitado sus tareas, explicó Vásquez Kunze, quien advirtió que ante cualquier tempestad o crisis política, es muy probable que este equipo se termine de desmoronar.
“Cornejo entró con una legitimidad muy reducida. Sucedió lo mismo cuando Solórzano ganó la presidencia del Congreso. Ahora la cereza de la torta es Jara, quien logró la confianza gracias al voto dirimente de la titular del Parlamento, que es oficialista. El Gobierno si no aplica correctivos va cuesta abajo”, refirió.
3. LA TERQUEDAD DE HUMALALa responsabilidad de la actual crisis del Gabinete no solo es de Jara, sino también del presidente Ollanta Humala, que se niega a retirar de su equipo a elementos cuestionados como los ministros de Energía y Minas, Eleodoro Mayorga, y del Interior, Daniel Urresti.
“Para ser un político pragmático, sufre demasiado de su incapacidad de construir coaliciones. Un pragmático no es tan terco con la designación de ministros que finalmente no son decisivos en el rumbo del país, pero que se convierten más en un pasivo que llevar a cuestas”, indicó el politólogo Carlos Meléndez.
Opinó que Humala consiguió el voto de confianza para Jara.con suerte, más que con pericia política: el viaje de Kenji Fujimori y la licencia de Martha Chávez, con cuyos votos hubiesen censurado al Gabinete, acabó siendo decisivo.
4. DOS FRENTES PARA EL GOBIERNOTras la obtención del voto de confianza, el Gobierno debe trabajar al menos en dos frentes. Según estimó Meléndez, en el Legislativo el oficialismo debe prepararse para enfrentar a “una oposición cada día más radical”. Por ejemplo, con la votación de este martes, Gana Perú demostró que puede convencer a aliados de perfil bajo pero con votos, como Solidaridad Nacional, para blindarse políticamente. Su primera prueba de fuego será la interpelación presentada por el fujimorismo en contra de Mayorga, a quien califican de “lobbista”.
“En la arena de la opinión pública, requiere continuar la tendencia de la aprobación ciudadana. La oposición tiene más reparos en atacar a un gobierno que goza de la confianza ciudadana.”, Meléndez manifestó en comunicación con este Diario.
5. ¿Y LA SUSPENSIÓN DE LOS APORTES?Y si bien la presidenta del Partido Nacionalista, Nadine Heredia, ha señalado que su bancada está a favor de suspender el aporte obligatorio de los independientes al sistema de pensiones, la presidencia del Congreso aún no ha dicho nada respecto a los proyectos de ley que están en cola para ser debatidos y que plantean esta acción.
Para Meléndez, “es difícil” que los independientes ejerzan la presión social para lograr que se deje sin efecto el aporte obligatorio.
“No existen representantes políticos que se acerquen con convicción a estas demandas [la derogación del aporte obligatorio]. Veo el tema más como una oportunidad para la oposición que para el oficialismo”, acotó.