SANDRA AVELLANEDA GARCÍA (@sandravellanedg)
Según la última encuesta de este Diario realizado por Ipsos entre el 10 y el 13 de junio, la desaprobación presidencial cayó en un punto porcentual respecto al mes anterior, con lo que ahora Humala cuenta con el 21% de popularidad, el más bajo durante todo su mandato.
Por otro lado, luego del amplio descrédito de los servicios estatales y de algunas instancias estatales (como la Fiscalía y el Poder Judicial) en un sondeo anterior, en esta ocasión el Congreso es objeto de un mayor reproche ciudadano, con un 86% de insatisfacción, explicado en gran medida por la percepción de corrupción generalizada del 59% de peruanos.
Además, y de manera simultánea, los escándalos de corrupción en gobiernos regionales (como los sonados casos de Áncash y Tumbes) influyen en el negativo balance (de 61%) sobre la política descentralización en base a regiones que ha visto avances y retrocesos en los últimos gobiernos.
Al respecto, conversamos con los analistas políticos Carlos Tapia, Luis Benavente y Eduardo Dargent.
HUMALA CON TENDENCIA A LA BAJAMientras para Dargent, la baja en la aprobación de Humala no es estadísticamente relevante, para Tapia, ex asesor de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), el 21% de aprobación presidencial está dentro del límite inferior del rango en los que oscilará la popularidad del mandatario.
“La aprobación del presidente tiene un rango entre el 20% y 30%, ni más ni menos. Aunque está en el margen, la coyuntura de la propaganda por la lucha contra la corrupción que está haciendo lo va a favorecer de alguna forma. Y aunque el escándalo del financiamiento minero es un punto en su contra, su posibilidad de recuperación de su capital político va a depender de la seriedad de las investigaciones que realizará el Congreso”, subrayó Tapia.
Benavente, en cambio, centró su atención sobre la tendencia descendiente de su popularidad que se aprecia en una mirada retrospectiva. “Desde que los reflectores mediáticos dejaron de ver el tema de la revocatoria de la alcaldía de Lima, el centro de atención fue la gestión nacional, que tuvo un ligero despunte previsible en el contexto de la sentencia de La Haya pero ha mantenido una constante baja. Sin embargo, aunque sus políticas comunicacionales han tenido deficiencias, dependerá de cómo Humala aproveche la expectativa ante el mensaje presidencial en julio para que de una mayor imagen y goce de mayor gobernabilidad”.
LA CRISIS ÉTICA EN LO POLÍTICOLos tres analistas coincidieron en señalar que la desacreditación del Parlamento es reflejo del descrédito generalizado a las instituciones políticas y a la democracia debido al descrédito ético que genera la aprobación de leyes cortoplacistas para el beneficio político y/o económico singular.
“Con ese 86% de rechazo al Congreso vemos la asociación de conductas individuales de faltas en la ética con conductas corporativas. Pese a sus discursos, los políticos son muy complaciente en sus sanciones, porque no irán contra sus propios intereses presentes o futuros. Pero también tiene que ver con las fallas en el sistema político que es autodestructivo, pues no tenemos renovación del Congreso por mitades y mantenemos el voto preferencial”, señaló Benavente, director de Vox Populi.
LA PROHIBICIÓN DE REELECCIÓN INMEDIATAPese a que coincidieron en la urgencia de llevar ajustes en el modelo de descentralización, los politólogos difirieron en el problema y en cómo precisar una solución.
“Una regionalización no puede darse sobre el molde territorial de los departamentos. No creo que la actual gestión nacionalista asuma la responsabilidad y el gran costo político de las macroregiones. Pero, la prohibición de la reelección inmediata de presidentes regionales sería una buena medida contra la corrupción en regiones, y no afectaría la posibilidad de hacer carrera política a nivel subnacional”, instó Tapia.
Por su parte, Dargent centró la discusión en las instituciones de control económico desde el gobierno central. “La solución no va por el cambio en las reglas de juego electoral como la prohibición de reelección. Es una medida populista y poética que no tiene relevancia de fondo. Los problemas van por la capacidad estatal de vigilancia y de supervisión desde los organismos centrales de la Contraloría, la Fiscalía y el Poder Judicial, y es algo que se debe ver a largo plazo”, argumentó el profesor e investigador del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP.