El 28 de julio del 2011, Ollanta Humala llegó a Palacio de Gobierno con la promesa de una gran transformación. Además, Gana Perú empezó como la bancada más numerosa en el Congreso de la República, lo que –en teoría– debía haber permitido al presidente sacar adelante sus iniciativas y proyectos de ley.
Hoy, cuatro años después, el panorama es desalentador para el partido de gobierno: de sus 47 integrantes iniciales solo quedan 32 y se dice que pronto habría más bajas. Los números son irrebatibles: Gana Perú ha perdido el 32% de su representación parlamentaria. ¿Cómo llegó el oficialismo a esta situación?
El analista político Carlos Basombrío cree que el cambio de discurso de Ollanta Humala para la segunda vuelta de las elecciones del 2011 –de la Gran Transformación a la Hoja de Ruta– fue el primer síntoma del futuro resquebrajamiento de la bancada. “Hubo un desfase notorio entre la ideología originaria y lo que el gobierno hizo. Eso les quitó su ala izquierda”, sostuvo en diálogo con El Comercio.
Las primeras bajasEn junio del 2012, Gana Perú perdió a cinco de sus integrantes, todos identificados con la izquierda. Rosa Mavila, Verónika Mendoza y el fallecido Javier Diez Canseco se unieron a Acción Popular–Frente Amplio (AP–FP), mientras que Jorge Rimarachín se sumó luego a Dignidad y Democracia. Rubén Coa también se fue, pero volvió meses después.
El argumento de estas renuncias fue el mismo: que el gobierno de Humala se estaba alejando de su planteamiento inicial con la designación de ministros conservadores orientados a la derecha y un manejo inadecuado de los conflictos sociales. En ese período, el debate sobre el proyecto minero Conga se encontraba en su punto más álgido.
Hemos dado un paso trascendente Por DIGNIDAD Y DEMOCRACIA para hacer cumplir el programa que nos llevó al gobierno.— Natalie Condori (@NatalieCondoriJ) julio 24, 2014
Dos años más tarde, en julio del 2014, otros seis congresistas renunciaron a Gana Perú para formar Dignidad y Democracia. El motivo de su salida fue “político y de conciencia”. Por esos días, el oficialismo designó a Ana María Solórzano para postular a la Mesa Directiva y se especuló que fue la primera dama, Nadine Heredia, quien la colocó ahí en vez de Marisol Espinoza, la candidata natural.
“Ellos nunca fueron un partido, sino un conglomerado de personas que querían ir al Congreso y vieron en el nacionalismo una oportunidad. Después se dieron cuenta de que la oportunidad se había acabado”, agrega Basombrío.
Hubo dos renuncias que evidenciaron rechazo a la política económica que impulsaba el Ejecutivo: Jaime Delgado se fue en agosto del 2014 por su oposición a la ley que obligada a los independientes a afiliarse a las AFP, mientras que Sergio Tejada partió el 26 de enero con una crítica abierta a la Ley Pulpín.
Celia Anicama fue la última congresista en irse de Gana Perú, que ahora tiene 32 integrantes. Ella se uniría a Dignidad y Democracia. (Foto: El Comercio)
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Sin rumbo claroEn el último año, ya con Solórzano en la Mesa, el oficialismo ha perdido todas las votaciones en el pleno. “La bancada ahora no tiene ningún peso en el Congreso”, destaca el periodista Enrique Castillo. Con 32 miembros, Gana Perú ya ni siquiera es la primera fuerza parlamentaria, pues el fujimorismo cuenta con 35 integrantes y llevó a Luis Iberico a la presidencia del Parlamento.
Pero el vocero de la bancada oficialista, Teófilo Gamarra, no cree que lo que ocurre sea grave, sino más bien parte de un “proceso histórico” del Partido Nacionalista, una agrupación política joven. “En el tiempo esto significará nuestra consolidación. Es mucho mejor que se aparten ahora porque eso nos permitirá trabajar con mayor solidez y consolidación de cara al futuro”, dijo a este Diario.
Le recordamos a Gamarra que cuando se aliaron con Unión con el Perú (UPP) para que Ollanta Humala fuera candidato en el 2006, ocurrió algo muy parecido en sus filas: la coalición se quebró en el primer año del gobierno de Alan García y se formaron tres bancadas. Los nacionalistas se quedaron con 23 escaños.
“Eso que pasó nos permitió separar la paja del trigo. De esa forma, quienes tienen convicciones se quedan. Es bueno para nosotros que en todo este tramo histórico podamos saber con quién podemos contar y con quiénes no deberíamos contar. Preferimos construir una bancada sólida y de convicciones firmes”, respondió.
La bancada Perú Posible empezó el gobierno de Toledo con 46 integrantes y terminaron con 34. Perdieron el 27% de su representación en cinco años. (Foto: El Comercio)
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Disciplina y divisiónEn su segundo gobierno de García, el Partido Aprista conservó a los 36 legisladores que llevó al Congreso de la República. Pero en el gobierno de Alejandro Toledo, Perú Posible registró 12 bajas: la chacana llegó al Parlamento con 46 integrantes y terminó ese período con 34.
“Con Toledo Ocurrió algo muy parecido. Ellos eran un grupo de gente que se sumó a un caudillo. No hay grandes diferencias entre ambos. Ahí nos damos cuenta de la fragilidad institucional de la política peruana. Y creo que en gran parte se debe al perverso voto preferencial. La gente no entra al Congreso por sus méritos, sino por cuánta plata tuvo para hacer propaganda”, explica Basombrío.
Un informe publicado hoy en este Diario revela que hay cuatro congresistas que podrían abandonar el oficialismo, con lo que la bancada quedaría con 28 representantes, 19 menos de los que llegaron con Humala. En cuatro años, Gana Perú ha sufrido una dolorosa gran transformación.
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Oficialistas advierten nueva ruptura en bancada de Gana Perú ►http://t.co/nVPuYX9eME (Por @martinhidalgo) pic.twitter.com/HkDBDGstCP— Política El Comercio (@Politica_ECpe) julio 30, 2015