Hace cinco años, Nadine Heredia transmitía la imagen de ser una mujer fuerte, carismática y con un prometedor futuro político por delante. Hoy, la también presidenta del Partido Nacionalista carga una mochila de investigaciones y cuestionamientos.
El más polémico caso que hoy enfrenta es probablemente el de las agendas. Inicialmente, la primera dama negó que las libretas que se hicieron públicas el año pasado – y que registraban altas transferencias y montos de dinero- le pertenecían. Pero luego de tres meses finalmente admitió su propiedad. “Con ese episodio Nadine cayó por debajo del 20% de aprobación y ya no se recuperó”, recuerda el presidente ejecutivo de Ipsos, Alfredo Torres. Para el que fuera uno de los escuderos principales del nacionalismo, el congresista Daniel Abugattás, lo lógico habría sido reconocer que habían violado su privacidad, robando sus agendas. “Pero optaron por la negación. Creo que eso terminó confirmando lo que muchos temían: que no había apego a la honestidad ni la transparencia”.
Para el analista Carlos Meléndez, Nadine Heredia es “una suerte de Reimond Manco de la política peruana”, es decir, “alguien que muy rápidamente prometía mucho y muy rápidamente se desgastó”. Un buen indicador de cómo la encuentran los últimos meses del gobierno de su esposo es su Twitter. Es ahí donde continuaría resbalando. En estos días, por ejemplo, ha escrito: ‘Narcotráfico y Lavado, marca personal de Fujimorismo’. “Los tuits que manda llaman la atención. Debería estar por encima de una campaña electoral y de nimiedades de una guerra sucia. Por ahora le gana su lado troll”, señala Meléndez.
En la edición de hoy de Somos, repasamos los últimos cinco años de Nadine Heredia de la mano de su esposo. Recordamos las discusiones sobre la ‘reelección conyugal’ y sobre el ‘cogobierno, y episodios como el de la ‘luz verde’ del premier Cateriano y la renuncia del ex premier Villanueva luego del enfrentamiento en torno al salario mínimo. También hablamos con el abogado de la primera dama, Eduardo Roy Gates, quien denuncia el caso de su representada demuestra que hay una judicialización de la política.
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