Los que la conocen la califican como una economista prometedora e interesada en políticas públicas desde épocas universitarias. Desde el 2005, este Diario recogió algunos comentarios de María Antonieta Alva, la nueva ministra de Economía del gobierno de Martín Vizcarra, sobre la política peruana.
Al final de ese año, el panorama pintaba sombrío para la participación política de jóvenes. Una encuesta hecha por estudiantes en siete universidades de Lima (4 privadas y 3 púbicas) mostraba que casi el 90% no quería trabajar en el sector estatal; y el 75% de ellos no sabía quién era el primer ministro de la época.
En ese contexto, El Comercio recogió comentarios de María Antonieta Alva, entonces de 20 años y estudiante de economía de la Universidad del Pacífico. “No solo se puede hacer política desde el sector duro, es decir, desde un partido. Es difícil estimular a los jóvenes cuando vemos que los partidos entran a lucrar con el Estado y a desarrollar una red de clientelismos”, dijo.
En ese tiempo, uno de sus objetivos era la lucha contra el desprestigio de los partidos y sus representantes, y dijo que no solo desde una de estas organizaciones los jóvenes pueden colaborar con el desarrollo del país. "Podemos hacer cosas muy importantes trabajando para el Estado. Lo lamentable es que muchos universitarios prefieren ser contratados por empresas extranjeras", lamentó en aquella ocasión.
El desprestigio de los partidos políticos no se ha reducido en los catorce años que han pasado desde que Alva pronunció aquellas palabras. Muestra de ello es el apoyo que ha recibido la decisión del presidente Martín Vizcarra de disolver el Congreso.
Otra nota, publicada días después, recoge algunas opiniones optimistas -con algo de ingenuidad- sobre la posibilidad del diálogo entre opositores: "Creo que en la actualidad es arcaico hablar de dicotomías y rivalidades. Las posiciones radicales no deben tener cabida. No debemos crucificar al neoliberalismo y menos al comunismo. El caos que se genera por esas disputas impide al Perú salir adelante como otros países. ¿Por qué no escogemos lo mejor de ambas corrientes ideológicas para elaborar un proyecto de país con objetivos claros y cuantificables a mediano y largo plazo?".
Años después, como directora de la asociación Ankay, buscó financiar los estudios superiores de jóvenes de escasos recursos. "El desarrollo individual debería depender del esfuerzo y no del hogar donde uno nació. Por ello, nuestra filosofía es que el talento no tenga restricciones para salir adelante", comentó. En ese momento tenían a siete becarios en la Universidad del Pacífico y la Universidad Católica.
Ahora, ha jurado como ministra de Economía y Finanzas en el gabinete encabeza por Vicente Zeballos. Su oportunidad para llevar a la realidad estos ímpetus juveniles ha llegado.