El ex presidente Alan García se despidió del líder histórico del Partido Aprista, Armando Villanueva del Campo, con un emotivo discurso en el cementerio El Ángel, en Barrios Altos, minutos antes de que el cuerpo del ex primer ministro fuera enterrado.
“Compatriotas y compañeros hace tres días dejó de latir el corazón de un gran combatiente del pueblo, fue el corazón más cercano a Haya de la Torre, el corazón al cual Haya de la Torre quiso más sobre todos, fue el corazón que durante 83 años de lucha política del aprismo estuvo más cerca del pueblo. Y con sus latidos impulsó este movimiento”, dijo bastante conmovido.
García Pérez, agregó, que la rebeldía juvenil fue un rasgo que Villanueva del Campo tuvo consigo hasta el día de su muerte.
“Su corazón fue uno ajeno al odio, ajeno al rencor después de haber padecido tantos años de prisión, tanto alejamiento de sus padres y familia en un exilio (…) Mantuvo siempre la fe, la confianza y la serenidad en la larga dimensión de este movimiento al cual no han de acallar”, expresó ante cientos de militantes apristas.
Destacó que Villanueva del Campo haya dejado las comodidades de hogar de clase media para ingresar al Partido Aprista. “Desde muy chico Armando se comprometió con la causa de Haya y la del pueblo (…) Pudo escoger el camino de una oficina de abogados, pero escogió estar en el único lugar que amaba, la casa del Pueblo, en el partido de los humildes”, complementó.
“FUE EL MEJOR ABANDERADO DE HAYA” El ex jefe de Estado recordó cuando recorrió con el líder histórico del Apra “todas las plazas del país” cuando el popular ‘zapatón’ fue candidato a la presidencia en 1980.
“Haya nos dejó una doctrina, cuyo mejor abanderado ha sido Armando. Ahora esta bandera la deben levantar las juventudes”, señaló.
En ese sentido, dijo que la visión antimperialista de Villanueva del Campo abogaba por la integración y desarrollo de nuestros pueblos.
“EL APRA NUNCA MUERE” Indicó que “tantas veces dijeron que el aprismo había terminado, pero aquí estamos”. “Esto significa que estamos por una causa, un designio, un deber y un destino que nadie nos arrancará. Tenemos el compromiso de seguir hasta el último momento”, expresó.
En el último tramo de su discurso, se despidió de Armando Villanueva y consideró que su muerte debe ser un nuevo impulso para el partido de Alfonso Ugarte.
“Hoy siento que comienza una nueva esperanza, una nueva marcha, que todos tenemos que estar listos para participar en ella. Adiós compañero Armando Villanueva”, concluyó.
El ex mandatario sacó su pañuelo y lo flameó en el aire a la par de todos los apristas que llegaron al cementerio El Ángel.