Carlos Andrés Incháustegui Degola, quien escondió en su domicilio al cabecilla terrorista Abimael Guzmán, abandonó el último jueves el penal Castro Castro luego de cumplir una condena de 22 años por el delito de terrorismo.
Pero no cumplió con todas sus obligaciones como se pensaba. La sentencia también incluía el pago de una reparación civil en favor del Estado por un monto de S/.4 millones que aún no ha sido honrada.
Según el registro de sentenciados deudores al Estado, colgado en la página web del Ministerio de Justicia, Incháustegui, de 54 años, solo ha pagado hasta el momento S/.300.
“Esto es indignante, esa suma que ha pagado es ridícula frente al daño que ha causado al país, es una burla a todos los peruanos”, sostuvo el procurador especializado en delitos contra el terrorismo Julio Galindo.
No obstante, el procurador anunció que su despacho se compromete a hacerle pagar lo que adeuda. “No vamos a dejar que Incháustegui se salga con la suya, tiene que resarcir el daño ocasionado al país”, indicó.
Inicialmente, la Sala Penal Nacional sentenció a Incháustegui a pagar, junto con otros tres senderistas, una reparación civil solidaria de S/.900 mil, pero luego la Corte Suprema aumentó ese monto a S/.4 millones.
Nacido en Chiclayo, Incháustegui, quien estudió Arquitectura y era aficionado al rock subterráneo, debe pagar la reparación civil conjuntamente con Marciano Gonzales Toribio, Zenón Vargas Cárdenas y Roberto Pizarro Ccori.
Si bien existe una reciente norma de ejecución penal que condiciona cualquier solicitud de beneficios penitenciarios al previo pago de la reparación civil, esta no se aplica al ex novio de la bailarina Maritza Garrido Lecca, quien lo conoció en la presentación de un libro.
Incháustegui, que se dedicó a pintar y elaborar trabajos artísticos dentro del penal, cumplió la totalidad de su condena y no se acogió a los beneficios penitenciarios.Si bien Incháustegui no formó parte de la cúpula senderista ni fue dirigente, estaba muy ligado a Guzmán y nunca abjuró de sus ideas senderistas.
Por esa razón, según Galindo, Incháustegui podría en un futuro pasar a integrar el Movadef, el organismo de fachada de Sendero Luminoso. Así también lo cree el general PNP (r) Marco Miyashiro, quien sostuvo que no está rehabilitado.
Inicialmente fue sentenciado a cadena perpetua en 1992, pero ese fallo se anuló en el 2003 y en un nuevo juicio fue condenado a 22 años.