En los nuevos documentos de la Segunda Fiscalía Supraprovincial Corporativa de Lavado de Activos que ve el Caso Orellana no solo se consigna la inclusión de 32 personas en la investigación preparatoria, sino también se menciona un dato curioso: los sobrenombres con los cuales se conocían a los cabecillas de esa organización delictiva.
El jefe de esa red delictiva, el prófugo abogado Rodolfo Orellana Rengifo, era llamado por sus allegados, según la fiscalía, con el apelativo de 'El Gordo'. Eso se debía a su contextura física, un tanto gruesa.
De acuerdo al Ministerio Público, la conducción de la organización no solo la tenía el citado abogado, también la compartía su hermana Ludith Orellana Rengifo, quien era conocida dentro de esa ilícita sociedad con el sobrenombre de 'Cruela de Vil' .
Ludith, quien también está prófuga, es una abogada experta en derecho registral. La razón por la que sus conocidos la aludían con el nombre del famoso personaje de Walt Disney se debería a que es una mujer dura e inflexible.
Según la fiscalía, ambos hermanos constituyeron desde el 2002 una red jerarquizada de alcance nacional e internacional.
Debajo de ellos, y como mandos medios de la organización estaban, por un lado, Churchil Orellana (hijo adoptivo de Rodolfo Orellana) y cuatro personas que se encargaban de la administración y supervisión de los negocios de la red.
También estaba, por otro lado, el capturado Benedicto Jiménez, quien se ocupaba de amedrentar y difamar, a través de la revista “Juez Justo”, a los que investigaban o acusaban a la organización.