La vocacin detectivesca parece ser una cualidad innata en nuestros polticos. Cada cinco aos, una nueva promocin de Sherlocks Holmes parlamentarios se une en el Congreso a curtidos investigadores que cuentan con varias comisiones en su haber.
La tentacin por la investigacin es grande en nuestros polticos. Lamentablemente, no por aquella que se caracteriza por la discrecin y cuyo objetivo final es la bsqueda de la verdad. Esa no genera rditos polticos. Lo que tenemos, en cambio, es ese ritual del que somos testigos cada cierto tiempo: llevar a un funcionario o ex funcionario al Congreso para someterlo a un seversimo escrutinio. Luego se desencadenauna suerte de competencia interna entre colegas para establecer quin hace la pregunta ms faltosa.
Muchos son los que ganan con las comisiones investigadoras: los congresistas que las integran, pues son el foco de la atencin, se promocionan gratuitamente y pueden ganarse titulares de forma fcil; los asesores, que se aseguran puestos de trabajo; y los periodistas,que tenemos circo garantizado por varios meses. Incluso los polticos investigados pueden resultar ganando, ya que a veces la vehemencia y falta de tino de sus inquisidores terminan convirtindolos en vctimas.
Es cierto que la funcin fiscalizadora del Congreso est consagrada en la Constitucin pero tambin lo es que muchos parlamentarios, por un apego excesivo a esta labor, dejan de lado otra, ms cercana al mandato que el pueblo les encomend: la de darnos una legislacin de calidad.
Las recientes confesiones de la empresa Odebrecht sobre el pago de coimas a funcionarios de tres gobiernos peruanos son el preludio de una nueva temporada de citaciones a polticos. El desfile de funcionarios est descontado, as como los cruces de palabras y dimes y diretes. Al final, y tomando en cuenta los resultados de comisiones investigadoras anteriores, tendremos de todo, menos la verdad.
Poco importa que el Ministerio Pblico haya iniciado desde hace unos meses una investigacin sobre los contratos brasileos en el Per, indagacin que luego deriv en cuatro carpetas. La reserva y la proteccin del debido proceso no permiten el uso poltico de las revelaciones.
Ms all de las buenas intenciones que puedan tener algunos de los integrantes de la Comisin Lava Jato, que se reactiva en enero, lo ideal sera que dejaran hacer su trabajo a fiscales y jueces. Las experiencias anteriores confirman que las investigaciones del Congreso, ms all del ruido que generaron, poco es lo que han contribuido a la labor del Ministerio Pblico.
An est fresco el recuerdo de la pomposamente autodenominada megacomisin que investig al gobierno aprista. Aparte de ocasionar gastos al Estado en recursos y tiempo, lo nico que esta logr es que el Poder Judicial anule sus informes. Y, bueno, tambin consigui golpear las aspiraciones electorales de Alan Garca, aunque este no era su objetivo. O al menos no lo era en el papel.
MS EN POLTICA
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