Si bien la moción de vacancia presidencial es una prerrogativa contemplada en la Constitución, lamentablemente se está volviendo costumbre en el Perú en los últimos años.
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Del mismo modo, continúa la tendencia a duplicar funciones en la investigación de casos sobre corrupción al interior del Congreso a través de comisiones ad hoc. Por ejemplo, la existencia de dos comisiones sobre el Caso Lava Jato y la dinámica al interior de estas revelaron que la lucha contra la corrupción también puede llegar a ser instrumentalizada políticamente.
En el caso de la segunda moción contra Vizcarra, la existencia de aspirantes a colaboradores eficaces y las tensiones dentro de la fiscalía todavía no aclaran el panorama del alcance de esa acusación. A la fecha de publicación de este texto, no se alcanzarían los votos necesarios para su aprobación.
Sin duda, el contenido de la causal de vacancia presidencial por “incapacidad moral”, cuyas premisas aún son ampliamente debatidas, podría dejar espacio a su eventual uso arbitrario y continuo en las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, que se han deteriorado seriamente en los últimos años.