El domingo pasado Mauricio Macri se coronó como presidente de Argentina. En un emocionado discurso la misma noche en la que ganó la elección, dejó claro no solo por qué fue elegido, sino sobre todo cuál es su mirada del futuro y el gran reto de sacar adelante a su país, luego de 12 años de la era Kirchner.
Lo confieso, sentí envidia al escucharlo: claro, sin pretensiones de ser lo que no es, con un lenguaje asequible y planteando una reconciliación en un país donde el kirchnerismo dividió y polarizó.
“Este cambio no puede detenerse en revanchas o ajustes de cuentas”. Fue una de las frases más significativas de su discurso como presidente electo. Macri sabe que no puede perder el tiempo en revanchas y odios, el país necesita avanzar. Sin duda la justicia y la historia sabrán colocar las cosas en su sitio. ¡Gran ejemplo el que nos está dando el futuro presidente de Argentina!
Mientras tanto acá seguimos enfrascados en discusiones de hace 15 años y en tratar de refundar el país cada cinco años. Lo que se necesita es justicia para quienes delinquieron y estafaron al país, pero eso no debe paralizar a ningún gobierno y mucho menos distraerlo.
“Sin familia no hay felicidad”, fue otro de los momentos estelares de Macri, consciente de que el Estado no solo tiene el deber de propiciar las condiciones para que las familias alcancen el bienestar, sino que también está comprometido en defenderla de los ataques que actualmente viene sufriendo no solo en su país, sino en el mundo.
El líder de Cambiemos también es y ha sido claro en condenar el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. La esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori, lo acompañó la noche de su victoria. Macri no le teme a Maduro y tampoco le debe nada. Esto le da la libertad para enfrentarlo. ¿Y cómo andamos por casa?
Lo anunció en campaña y lo ha reiterado, planteará la suspensión de Venezuela del Mercosur hasta que cumpla con la cláusula democrática y libere a los presos políticos. Además está decidido a promover el acercamiento de su país a la Alianza del Pacífico.
El discurso de Macri contra la tiranía de Maduro no es nuevo y ha sido un factor muy importante durante su campaña y en el triunfo final. Doce años de un kirchnerismo –chavista y condescendiente con los atropellos que se comenten en Venezuela– fueron suficientes.
Con la elección de Macri, el bloque democrático en la región se consolida, y Maduro pierde un aliado en Unasur.
El nuevo presidente argentino no la tendrá fácil, deberá enfrentar una crisis económica y las secuelas de los abusos que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner perpetraron en la Argentina, pero a su favor cuenta con que ha apostado por el cambio, por la libertad y por valores fundamentales, que hace tiempo venimos extrañando en la región.
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Martín Belaunde Lossio habría intentado legalizar dinero desde Bolivia ►https://t.co/fZmsdAD3hJ pic.twitter.com/JUSUilRTt1— Política El Comercio (@Politica_ECpe) noviembre 30, 2015