Han pasado seis meses desde que se conoció el primer caso de coronavirus en el Perú. Desde entonces, mucho dolor ha transcurrido. Miles de peruanos han muerto, idas y venidas en las decisiones de un Gobierno que no encontró la estrategia adecuada para detener un virus que no perdona. Ni martillo, ni curva ni meseta.
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Más de tres meses de encierro, en lo que se ha reconocido como una de las cuarentenas más severas y la que ha dado los peores resultados. Somos los primeros en números de muertos por millón de habitantes y también encabezamos la lista de los países donde la crisis económica ha pegado más fuerte.
Se nos ha dicho que solo queda esperar la vacuna en lo que podría considerarse una ‘rendición fáctica’ ante un virus implacable. Ante la incertidumbre de no saber cuándo podemos tener esta protección algo podemos hacer para no caer en el desaliento.
Los científicos de la Universidad Cayetano Heredia y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) han creado pruebas rápidas moleculares que pueden detectar en 40 minutos la presencia de COVID-19 y podrían costar 50 soles si se producen masivamente. Nos preguntamos si el Estado Peruano está dispuesto a hacer una inversión que además de alentar a la ciencia, evitaría los contagios.
Los profesionales de la Cayetano Heredia pudieron hacer realidad esta prueba gracias a la empresa privada. Ahora hace falta la cesión de muestras de pacientes por el Instituto Nacional de Salud (INS) para la validación de estas nuevas tecnologías, así como su aprobación de emergencia por el Ministerio de Salud para iniciar su producción y distribución.
¿Habrá una luz al final del túnel o es más fácil seguir culpando a la población del crecimiento de un virus que nos desborda?
En un reportaje de la revista “Somos”, Gabriela Machuca le pregunta a Edward Málaga-Trillo, líder del grupo de científicos de la Universidad Cayetano Heredia y UPC, si estas pruebas podrían ser un “salvoconducto” para volvernos a juntar en una reunión familiar. “Sí, podrían fungir como un pase cuando su distribución sea liberada. La idea es que sepas inmediatamente el resultado: no solo si estás enfermo, sino también si eres un peligro para el resto”, responde Málaga-Trillo.
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Entretanto, el Gobierno, que continúa señalando a las familias como las transmisoras del virus y “prohíbe las reuniones familiares”, podría más bien “poner todos los esfuerzos” para que las pruebas moleculares rápidas sean masivas.
Mientras las familias siguen llorando la pérdida de sus seres queridos, también afrontan estoicamente los estragos de esta pandemia y salen fortalecidas tras meses de confinamiento.
Ante esta coyuntura, es una buena oportunidad conectarse a la I Cumbre Iberoamericana Gobierno, Vida, Familia. La Familia Frente al COVID-19, que empieza hoy y culmina el viernes. Este encuentro, que organiza el Colectivo Unidad, se da con ocasión del Día de la Familia que se celebra en el Perú el segundo día de setiembre según Ley 23466 de 1982.
“Que no te roben la esperanza” fue el mensaje que nos dejó el papa Francisco cuando nos visitó. La familia peruana sabe de retos y dificultades, y se levanta ante las adversidades.