La culpa es de los espíritus animales. Entiendo eso de las declaraciones del ministro de Economía, Alonso Segura, sobre la caída de la inversión privada (El Comercio, 31/7/15, B3).
El ministro quiso decir otra cosa. Esa otra cosa, sin embargo, también está equivocada.
Algunos economistas traducen la expresión de Keynes “animal spirits” de manera literal. Es un error. La expresión se refiere al ánimo, al entusiasmo o al desánimo. Keynes se refería a cosas como el optimismo o el pesimismo, directamente relacionadas con la confianza.
El ministro de Economía cree que el problema de los “espíritus animales” peruanos “tiene que ver con las elecciones, ya que todo el día hay titulares que dicen que tal o cual candidato tiene problemas o acusaciones”. Uno puede concluir que la caída del crecimiento es culpa de los titulares, de los candidatos y de las acusaciones. Para el ministro de Economía no existen el Caso Martín Belaunde Lossio, el del Gobierno Regional de Áncash, el de Óscar López Meneses.
Los “espíritus animales” requieren confianza. Para el ministro, el Gobierno no tiene nada que ver con la caída de la confianza. La inversión privada cae, por ejemplo, por el shock externo. En la contabilidad de Alonso Segura no entran Conga, Tía María y los demás casos. En todos ellos el Gobierno falló en ejercer la autoridad.
El ministro de Economía cree que los titulares se generan solos. Si los diarios y televisoras no difundieran tantas noticias malas, habría más confianza.
No es cierto. Si no difundiéramos la información, habría más ceguera, no más confianza. El Gobierno es el principal responsable de la crisis de confianza.
No son espíritus ni instintos los que motivan las decisiones económicas. Son, más bien, análisis racionales. Son cálculos y análisis costo-beneficio.
Los cálculos y la razón se pueden equivocar, pero se basan en datos, no en intuiciones. Que el Gobierno hasta ahora no haya resuelto el problema de Conga es un dato concreto. No es un hecho espiritual.
Que el Gobierno hasta ahora no tenga un plan para enfrentar la delincuencia no es algo subjetivo. Es algo objetivo. Forma parte de nuestro entendimiento racional de la realidad. Hay problemas con los trámites burocráticos y las licencias sociales para la inversión. El Gobierno no ha sido capaz de resolverlos. ¿Tendríamos que tener confianza?
¿Cómo convocar al capital internacional si en el Perú están trabados proyectos por decenas de miles de millones de dólares? A un inversionista no se le puede pedir que sea irracional. Tampoco nos conviene que lo sea.
Si no reconocemos las causas objetivas de la crisis, no encontraremos nunca la solución.
El ministro tiene que explicar un poco más su teoría de los espíritus como causantes de la crisis. Tiene que hacerlo, porque no cabe esperar que lo haga el presidente de la República.
El presidente, en su mensaje, prefirió contar los kilómetros de pavimento en Ayacucho. Está bien, pero no es eso lo que generará la confianza que falta.
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Segura sobre alza del #sueldomínimo: “Está en evaluación” ► http://t.co/gGWijJJJkp pic.twitter.com/1ueGI5sLWd— El Comercio (@elcomercio) julio 31, 2015